Argentina terminó tercera con escándalo: “No tenemos que ser parte de esta corrupción”, dijo Messi
La Selección Argentina venció a Chile 2 a 1 en el partido correspondiente al tercer puesto de la Copa América de Brasil, que mañana bajará el telón con el encuentro entre Brasil y Perú en Río de Janeiro. El equipo de Scaloni se apoyó en los goles Sergio Agüero y Paulo Dybala, mientras que Arturo […]
La Selección Argentina venció a Chile 2 a 1 en el partido correspondiente al tercer puesto de la Copa América de Brasil, que mañana bajará el telón con el encuentro entre Brasil y Perú en Río de Janeiro.
El equipo de Scaloni se apoyó en los goles Sergio Agüero y Paulo Dybala, mientras que Arturo Vidal descontó de penal para los chilenos.
Lionel Messi se fue expulsado por una discusión con un rival y se negó a subir al podio a recibir la medalla del tercer puesto.
“No tenemos que ser parte de esta corrupción”, expresó vehemente el capitán de la Selección, quien ya venía arrastrando mucha bronca por la derrota ante Brasil.
“La corrupción y los árbitros no permiten que la gente disfrute del fútbol”, comentó ofuscado por ser expulsado luego de intercambiar empujones con el volante chileno Gary Medel.
Al ser consultado sobre si las declaraciones que había hecho luego del partido contra Brasil, el número 10 argentino no dudó en razonar que este sábado ante Chile le pasaron factura por quejarse públicamente.
“Soy honesto y eso me deja tranquilo. Creo que fue por lo dije que me expulsaron”, cerró.
Por tratarse del mejor jugador del mundo, las declaraciones no pasaron desapercibidas y exponen la mala relación que tiene la AFA a partir de la conducción de Claudio Tapia con la Conmebol, que data desde el escándalo en la organización de la Final de la Copa Libertadores de América 2018, cuando ninguna de las dos finales se pudo jugar en tiempo y forma en nuestro país. La primera se suspendió por lluvia y tuvo que jugarse al día siguiente, como ocurría en el siglo pasado. La segunda tampoco se puso jugar por la agresión al micro de Boca y se terminó trasladando a Madrid, en una situación inédita que manchó a la Conmebol por la organización del partido más importante del certamen más importante de Sudamérica.