Qatar 2022

“El mayor anhelo de Messi es ganar el Mundial con Argentina”

Claudio Gugnali, referente del Pincha y exayudante de campo de Alejandro Sabella en la Albiceleste, dialogó en exclusiva con este multimedio.

A tan solo cuatro días de que comience el Mundial de Qatar 2022, este multimedio sigue con su ciclo de charlas y su cobertura exclusiva. Claudio Gugnali, exfutbolista de Estudiantes de La Plata y ayudante de Alejandro Sabella en la Selección Argentina, visitó la sede de este multimedio y dio su parecer de cómo será la Copa del Mundo que comienza el domingo. Su relación con Messi, el grupo que le tocó a la Albiceleste y los equipos que se posicionan como candidatos, en la siguiente nota.

—¿Cómo imaginás el arranque de la Selección Argentina?

—Los tres primeros partidos en un Mundial son determinantes, hay que tratar de ganarlos y ahí esperar los cruces para conocer al rival de turno. La convivencia es determinante y como el grupo está bien, se van a potenciar en el día a día. Eso sin dudas será un punto a favor. El sorteo nos salió bárbaro, creo que en cuanto a nivel vamos a enfrentar selecciones de menos a más. Creo que los clasificados del grupo serán Argentina y Polonia, en ese orden.

—Uno de los arqueros será Gero Rulli...

—Estando en Estudiantes, a Gero lo llevamos de muy joven a una pretemporada en Cariló. Me acuerdo que un día salió y llegó 15 minutos tarde, una cara de miedo tenía (risas). Para colmo, los más grandes como Verón y Desábato lo retaron. Pero mirá lo lejos que llegó, con mucha constancia y bien acompañado por su círculo íntimo. Nuestro paso por el Pincha como cuerpo ­técnico fue soñado, a los meses ganamos la Copa Libertadores, al año siguiente el torneo. Un sueño hecho realidad.

—¿Cómo describirías a Messi? ¿Lo seguís tratando a la distancia?

—A Messi lo adoro, hablamos cada tanto y de hecho hace poco fui a visitarlo a París. Tiene todo para equivocarse, pero nunca lo hace. Es una gran persona. Su devoción es ganar la Copa del Mundo con la Argentina. Su vida es su familia, se dedica exclusivamente a ellos. Cualquier número 1 del mundo, sea de la disciplina que sea, tiene que tomar a Messi como ejemplo. Él no es terrenal, es un extraterrestre. Cuando llegamos a la Selección Argentina, muchos decían que él no podía ser líder. Pero era y es el número 1 del mundo, un líder natural y silencioso. En 2014 era más joven y más tímido, pero provocaba respeto y admiración en sus compañeros, en los rivales y hasta en los árbitros. Me peleé con muchos hinchas cuando hablaban de que Leo jugaba bien en el Barcelona y que en la Albiceleste no rendía. Alejandro Sabella siempre decía: Messi siempre juega bien o muy bien. En pandemia miré de nuevo los siete partidos del Mundial 2014, en todos fuimos superiores al rival. Fuimos los únicos de la zona en ganar los tres partidos y a partir de allí el equipo se consolidó defensivamente.

—¿El fútbol actual es muy diferente al de tu época?

—Hoy los jugadores vuelan, la presión sobre la pérdida es asfixiante, no te dan respiro. No hay espacios, es otro fútbol, no se puede comparar con el que jugaba yo hace décadas. Va a ser una Copa del Mundo con pocos goles, muy táctico y físico. Argentina debuta ante Arabia Saudita, un rival que lo va a esperar con mucha gente atrás. Con México probablemente sea un partido más de ida y vuelta, pero la Albiceleste tiene mejores individualidades. Para mí, las dos mejores selecciones son las sudamericanas: Argentina y Brasil. La Verdeamarela tiene figuras notables, aunque en un cruce contra nosotros, me juego la vida por Argentina.

—Mucho se habló de la lista, ¿una reflexión al respecto?

—Dibu Martínez es uno de los grandes descubrimientos de este cuerpo técnico. Estoy gratamente sorprendido, nunca lo vi atajar mal en la Selección. Tenemos un arquerazo. Nosotros en el 2014 bancamos a Chiquito Romero, se lo merecía por la garra que le metió desde el día uno.

El entrenador está en el día a día, ve un montón de cosas que quizás el resto no. Se puede opinar desde el respeto, pero la contundencia de la opinión la tiene el director técnico. A nosotros nos pasó con los casos Federico Fernández-Demichelis y Gago-Biglia.