El soccer en Miami ahora se llama Messi

Todo Miami se vistió de Messi con hordas de periodistas y canales de TV, nuevos food trucks, cientos de guardias de seguridad y miles de hinchas para el debut del astro argentino.

Remeras rosas, negras, y argentinas. Un estadio hasta hace poco vacío y apático, se colmó de pasión, de entusiasmo. Hordas de periodistas y canales de TV, nuevos food trucks, cientos de guardias de seguridad vestidos de gris y miles de hinchas le dieron un espíritu al Inter Miami hasta ahora desconocido. En las puertas del estadio ya se palpaba la expectativa por el debut de Lionel Messi.  

“Nos vamos a quedar sin stock, hasta ahora hemos vendido cuatro veces más que lo habitual, pero podríamos vender el numero que quieras, no hay límite”, dice uno de los vendedores del contenedor que está en la puerta de la cancha horas antes de empezar el partido.

Incluso aquellos pocos hinchas de Cruz Azul, el rival de la fecha, esperaban para comprar la nueva remera de Messi. La fila de 50 personas, que continuamente se iba renovando reunió gente sin distinción de nacionalidad. La rosa con el Messi en la espalda costaba US$ 185.

En el estacionamiento, entre las hileras de autos, los hinchas instalaron gazebos. El nuevo club de fans local, Messias305 (la característica telefónica original de Miami), repartió choripanes y bebida gratis, entre redoblantes y algunos cantos. Hace 45 días, Julio Iglesias, un argentino que vive en Miami hace 23 años, fundador del club de fans, arrancó la hinchada oficial del crack con tres personas. Hoy son 1500. Muchos de ellos no tienen siquiera entrada para el estadio, pero dice que estarán presentes afuera cada vez que el 10 juegue de local. El 80% de los integrantes son argentinos, pero hay otros de Haití, Bolivia, Colombia, Venezuela, Chile y hasta Arabia.

Además de 500 periodistas acreditados, el publico llegó desde cualquier latitud. Estuvieron aquellos argentinos arribados desde el hemisferio sur exclusivamente para este partido; otros que replantearon sus vacaciones con cambio de pasaje incluido, y también los argentinos locales, gente que vive aquí desde hace dos, tres y cuatro décadas. Pero el público no solo fue argentino. En efecto, quizá no llegó al 50% del estadio.

Lorenzo Games es futbolista mexicano. Llegó con su esposa y sus dos hijos solo para ver por primera vez en su vida jugar en persona a Messi. Pagó 600 dólares cada boleto. Hay canadienses, colombianos, haitianos, venezolanos entre otros, y también estadounidenses que siguen la liga de futbol y quisieron tener la dicha de ver al 10.

Las entradas que no se habían vendido bajaron en las últimos días a un piso de 170 dólares. La más cara, 1200 dólares. El valor promedio pagado por un asiento fue de 300 dólares. Pero los hinchas del Inter, los de siempre, esperan que el furor baje. “No podemos pagar estos valores. Yo venía por 20 dólares, no puedo pagar 300, ni 200, ni 100″, dice Sergio Colonna, un argentino que hace la previa en el estacionamiento con su parrilla llena de carne.

Los aficionados de Cruz Azul cada tanto gritaban “Azul! Azul”, pero paradójicamente luego hinchaban por el jugador rival con un “Messi, Messi” y automáticamente agregaron una variación y para cantar “Messico, Messico”, en referencia a su país.

Con un estadio lleno con 21.000 personas, el público aclamó al unísono que el técnico Gerardo Martino hiciera ingresar al crack, que entró recién en el segundo tiempo. Minutos antes de que hiciera su aparición en la cancha, el locutor local metió su bocado: “Messi está precalentando a dos metros de la gente, sin alambrado, y nadie se escapa a abrazarlo. Bienvenido a los Estados Unidos”, arengó. Sin embargo, al final del partido, alguien quiso meterse en la cancha, pero no llegó siquiera a recorrer un metro que fue detenido por cuatro guardias de seguridad.

El espectáculo no podría haber sido mejor. Un gol del 10 argentino en el último minuto logró el 2 a 1, que la gente ovacionó impresionada por el despliegue de talento, mientras explotaban sincronizados los fuegos artificiales, y la pasión por el futbol. David Beckham, artífice de la llegada de Messi, a la MLS.