Fútbol

Este es el drama de las jugadoras de fútbol en Afganistán

La llegada de los talibanes al poder incluye las tradiciones ortodoxas del islam. Las chicas de la selección de fútbol que no lograron huir se esconden y temen por sus vidas.

Si antes era difícil entrenar ahora es imposible. La llegada de los talibanes al poder en Afganistán luego de 20 años representa un retroceso para las mujeres deportistas, que con mucho esfuerzo lograron abrirse un espacio para entrenar de forma profesional. El gobierno teocrático ahora será más estricto, todo está suspendido y las chicas que no lograron huir temen por sus vidas.

“Las he alentado a que eliminen sus canales de redes sociales, fotos, que huyan y se escondan… Me rompe el corazón debido a que todos estos años hemos trabajado para incrementar la visibilidad de las mujeres, y ahora le estoy diciendo a mis mujeres en Afganistán que se escondan y desaparezcan. Sus vidas están en peligro”, contó desde Dinamarca Khalida Popal, pionera en la práctica del fútbol en su país.

Popal ofreció la entrevista por vía telefónica a la agencia de noticias AP y la misma es reproducida por todos los medios del mundo justo cuando el tema de los derechos de las mujeres y su participación en la sociedad está de nuevo sobre la mesa en Afganistán.

El temor de las atletas no solo es que les prohíban su participación en la práctica del fútbol, sino que además sean castigadas por atreverse a romper sus tradiciones. Por esta razón, desde Dinamarca, Popal les aconseja que huyan de sus casas, que se alejen de los vecinos que saben que practican deporte, y que intenten borrar su historial en contra del Talibán.

“Mi generación tenía la esperanza de reconstruir al país, desarrollando las condiciones para la siguiente generación de mujeres y hombres. Entonces comencé con otras jóvenes, utilizando al futbol como instrumento para impulsar a las mujeres y niñas”, cuenta Popal quien formó parte de la selección afgana de fútbol femenino entre 2007 y 2011 y ejerció como directora de la Asociación de Fútbol de Afganistán.

KHALIDA POPAL TUVO QUE HUIR EN 2016

Popal tuvo que huir en 2016 y pedir asilo en Dinamarca, en vista de las constantes amenazas del grupo Talibán que se dedicó durante años a juzgar a las familias de las chicas que se atrevían a romper el patrón y comenzar a entrenar algún deporte, en especial el fútbol.

Ahora que los talibanes retomaron el poder en Afganistán, nadie duda que su mano será firme e intentarán instaurar un orden Islámico ortodoxo en el que la participación de la mujer es nula, mucho menos en el sector deportivo.