ENTREVISTA EXCLUSIVA
Hablemos, Ruso
El entrenador que le cambió la cara a Estudiantes dialogó en exclusiva con el Diario Hoy.
Un hombre serio, de valores innegociables y sin grises en su vida. Ricardo Alberto Zielinski mantuvo una charla íntima con diario Hoy sobre su manera de trabajar y el momento que vive en Estudiantes, tras la clasificación a la Copa Libertadores 2022.
En su primera entrevista mano a mano con un medio desde su arribo al club como entrenador, el Ruso no se guardó nada. Desde su relación con el mundo que rodea al fútbol, al repaso de su camino hasta hoy y la identificación con el Pincha. Además, habló de la situación de Agustín Rogel, Mauro Boselli y un mercado que lo tiene trabajando en el armado del equipo para el año que viene.
—A un año de tu llegada al club, ¿presentías que en algún momento ibas a ser el entrenador de Estudiantes?
—Algo siempre hubo con Estudiantes, no me preguntes qué. Siempre estuve relacionado con gente que conformó la historia del club. Desde Carlos Bilardo, Cacho Malbernat, Pachamé, la Bruja Verón, entre otros. Permanentemente estuve transitando cerca. Con Juan Ramón nos llamábamos muchas veces, con Cacho (Malbernat) exactamente lo mismo. Con Bilardo también, trabajamos juntos, aunque mejor dicho, yo trabajé con él, así que teníamos una buena relación y siempre estuve muy relacionado a Estudiantes. Finalmente en un momento se dio, y uno se pone muy contento. La verdad que uno sabe de la seriedad de Estudiantes, de la historia del club y es un orgullo pertenecer.
—¿Te sentís identificado con el club?
—Te soy honesto, en todos los lugares en los que yo he estado he sentido un respeto enorme por la institución. En cada lugar donde me ha tocado trabajar, he tratado de dignificar el trabajo y la seriedad. En el caso de Estudiantes hubo mucha gente que me relacionó, y fundamentalmente por la historia del club. Pero siempre trato de dejar a donde voy una huella, un trabajo y gente amiga. Espero que en Estudiantes suceda los mismo cuando me vaya.
—¿Cómo te definís como técnico?
—Como el 90% de los entrenadores del mundo: pragmático, tratando de acomodarme a los jugadores que tengo, respetando la idiosincrasia de los lugares donde uno va a trabajar, porque uno tiene que tener respeto por la historia. Me considero un tipo práctico y trato de siempre adaptarme a la historia del club.
—¿Cuánto vale el proceso y cuánto los resultados para mantenerte en un club?
—Mirá, en el fútbol mundial, y sobre todo en el argentino, de la única forma que sostenés la posición de entrenador es logrando buenos resultados. Si no, por más buena voluntad que haya de las partes, si no se te dan los resultados, no se da de la continuidad de un proceso. Yo en los últimos 10 años, salvo alguna excepción, en lo lugares donde he estado estuve en competencias internacionales. Por lo tanto, siempre las expectativas de las instituciones uno trató de realizarlas. En ese contexto, nos hemos podido sostener a lo largo del tiempo ganando y tratando de lograr objetivos. Buscando que al club le vaya mucho mejor que lo que le iba desde antes de que yo llegara. El fútbol argentino es eso, y no hay muchos secretos. Hay trabajos de entrenadores que han sido muy buenos, en donde no acompañaron los resultados y no pudieron
continuar.
—¿Cómo te llevás con el éxito y el fracaso?
—En el fútbol se pierde más de lo que se gana. El éxito o el ganar no es una regla, es un excepción. Sobre todo si no tenés la abundancia de los clubes más grandes, de los poderosos. Por eso, en general siempre trato de manejarme de la misma forma porque en la medida en la que vos trabajes bien en un club, evidentemente habrá cosas que las puedas manejar y otras que no. Siempre intento permanecer tranquilo, pero no porque quiera, o lo trabaje, sino porque soy un tipo tranquilo. Ya sea dirigiendo, o en mi vida personal. Trato de ser quien soy, no finjo ser otra cosa. A pesar que algunas veces uno se puede sacar y la tranquilidad no es tanta (risas).
—¿Te sentís cómodo con todo lo que rodea al mundo del fútbol?
—No, intento manejarme siempre de la misma forma, es decir, que los protagonistas sean siempre los jugadores, que nosotros, como responsables, medianamente pongamos la cara cuando los resultados no se dan, pero en general mi idea del fútbol es que los futbolistas son los actores principales. Los entrenadores somos los responsables cuando las cosas no salen bien. Y en la medida que salen bien, es importante que los que aparezcan sean los jugadores.
—¿Creés que te ha cerrado puertas el no exponerte tanto al juego mediático, o alejarte de los representantes?
—Es indudable que sí. El camino más largo es el que he elegido. Pero, a ver, no soy del “vale todo”. Los costos para ciertas situaciones los pagás y yo trato de manejarme de la mejor forma posible. Y evidentemente hay algunos costos que quiero pagar y otros que no. Soy de esa manera y no soy una persona que va a transar y que todo le parece igual. Me han ofrecido determinadas cosas y no me han gustado y seguí con mi perfil.
—Y costó el doble…
–Sí, empecé en la Primera C. Imaginate lo que tenía que ganar para que me consideren en Primera división. Siempre estuve solo, no tengo representante, he sido esquivo a la prensa, soy una persona a la cual no le gustan las notas, y bueno, mi perfil es totalmente diferente al de la mayoría. Hay algunos que se venden bien, que tienen buena relación con determinadas personas, pero el camino que yo elegí es el más largo, el que más me gusta y el que más me dignifica. El camino del esfuerzo, del trabajo y del sacrificio. El pelearla, pelearla y pelearla me dignifica más que el hecho de conocer a alguien y que te de 10 oportunidades a ver si en alguna te va bien.
—¿Te molesta que se diga que sos un técnico defensivo?
—Bueno, pero a Carlos Bilardo también le pasaba y a muchos entrenadores que pasaron por Estudiantes lo mismo. Y es otra de las mentiras que se dicen en el fútbol argentino. La falta de información. Uno de los mejores equipos que vi jugar fue el de Bilardo en México 1986, el equipo de Estudiantes donde jugaba Sabella, Trobbiani y Ponce, y bueno, este país está lleno de fábulas y mentiras, que algunos luego las repiten. Y yo siempre digo que la realidad está en lo que uno ve. Yo puedo decir un montón de cosas, pero si después lo que digo en la cancha no se ve, no tiene sentido. Yo siempre he mamado la escuela de Estudiantes de La Plata porque siempre fue seria y se manejó con la verdad. Nunca generó excusas y en ese camino siempre me he manejado.
—¿Y que se diga que les das más lugar a los grandes que a los chicos en tu equipo?
—Mirá, se dicen tantas estupideces en el fútbol… En los últimos 10 años, de todos los equipos en los que estuve, han debutado cerca de 100 chicos. Muchísimos hoy están en distintas partes del mundo. Por ejemplo, pasaron el Mudo Vázquez, Zelarrayan, Cuti Romero, Lautaro Martínez, Renzo Saravia, Emiliano Rigoni, entre otros tantos. Es decir, siempre trato de mirar abajo, pero lo que sucede es que no soy de esos entrenadores que pone a un pibe para que la gente crea que lo pone porque está en condiciones. O bien los ponen para que la gente no los putee. Para mí, lo primero siempre es el pibe, no soy un demagogo. Los juveniles tienen que ser un complemento y no un sustento.
—¿Cuesta el doble hoy competir internacionalmente? Sobre todo con los equipos brasileños..
—Sé bien de qué se trata la Copa Libertadores. Y siempre fue una Copa en la cual el nivel tiene que ser de excelencia para estar y para seguir. Así que en ese camino estamos. Viendo si conformamos un buen plantel de hombres. Sabemos que Brasil económicamente te va a sacar diferencia, pero el fútbol argentino siempre va a dar pelea. Tenemos un plus que en otros lugares, por más plata que tengas, no te lo da. Ojalá nosotros podamos armar un equipo con personalidad competitiva como para ir a donde nos toque y dejar bien representado a Estudiantes de La Plata.
—La importancia de un grupo fuerte para la Copa...
—Es importante. No solo para este tipo de competencias. Salvo aquellos equipos que manejan un presupuesto enorme, en los demás siempre lo más importante es el conjunto sobre lo individual. Yo siempre aspiro que el todo sea más importante que el uno. En ese aspecto mis equipos siempre se han caracterizado por no tener presupuestos grandes, pero sí tener un corazón grande. Una comunión grande. Y de eso se tratan los equipos que han hecho historia en Estudiantes, y son los que a mí me gustan.
—¿Para qué creés que está Estudiantes en la Libertadores?
—Somos un equipo serio que cuando tenía que ganar, ganó. Un equipo que cuando tuvo que imponerse, se impuso. Y un grupo de gente que se entendió muy bien adentro y fuera de la cancha. Eso para mí, y yo coincido mucho con la ideología de Alejandro Sabella, de Carlos Bilardo y de Osvaldo Zubeldía, el camino y el esfuerzo es más importante que la llegada.
–¿Cómo trabajás y convencés de tu idea al jugador?
–Yo trato de ser simple, que es lo más difícil. Porque complicarse se complica cualquiera con cualquier cosa. Entonces intento ser simple y claro. No somos de hablar demasiado, lo hacemos en los momentos justos e indicados. Los mejores equipos del mundo siempre fueron los más simples, no los complicados. Y ese es nuestro camino.
—¿Cuál fue el mejor momento del equipo en 2021?
—Lo más importante que hemos tenido fue la regularidad. Excepto un bache que lo tienen todos los equipos, porque siempre todos lo años pasa y es imposible mantenerse en niveles de excelencia, hemos sido regulares. Yo rescato eso de los equipos. Siempre estuvimos en la franja de los cinco primeros de la tabla de posiciones del torneo, fuimos competitivos y a donde nos tocó ir a jugar hemos dejado al club Estudiantes de La Plata bien representado.
—¿Cómo está la situación de la posible salida de Rogel?
—Está claro que en el cuerpo técnico queremos que Agustín continúe en el equipo, sin embargo vamos a ver en estos días qué es lo que sucede. No es fácil la situación económica del país y es complejo competir con los clubes del exterior.
—¿Cristian Lema es una de las opciones para reemplazarlo?
—A Cristian lo conozco de hace muchos años, lo tuve en Belgrano y tenemos una muy buena relación. Trabajamos en algunas posibilidades, pero no me gusta hablar de nombres propios. En estos tiempos hay que ser cautos e intentar que no se sepa mucho.
—¿Te gustaría tener a Mauro Boselli en el equipo para la Copa?
—Hay muchos jugadores que a la gente le gustaría que tengamos y a nosotros tener, pero no soy de hablar de futbolistas que no están en la conformación actual de mi plantel. Estamos en la búsqueda de un armado medianamente competitivo para la Copa. En los próximos días seguramente empiece a haber más movimientos.