Eliminatorias

Partido suspendido: una puesta en escena de la derecha de Brasil

El cuestionado gobierno de Bolsonaro no estaba listo para asimilar el clima social que hubiese ocasionado otra derrota ante Argentina.

En las calles de San Pablo, considerada la capital industrial de Brasil y por muchos años también de Sudamérica, el clima social por las políticas del desgastado y cuestionado gobierno de Jair Bolsonaro anticipaba marchas, protestas y trifulcas para esta semana. De allí bien podría partir una de las explicaciones para interpretar el insólito episodio de ayer, en el que los agentes de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria en San Pablo (Anvisa) lograron entrar al campo de juego, sorteando la seguridad del exestadio Arena do Corinthians (rebautizado como Neo Química Arena), para suspender el partido.

Lo cierto es que una nueva derrota ante Argentina (hubiera sido la segunda en menos de dos meses) hubiese aumentado el malestar popular y resultado difícil de asimilar para la derecha brasileña, en claro declive.

Existe una norma para el ingreso a suelo brasileño, prevista en la Ordenanza Interministerial n° 655, de 2021, que establece que los viajeros extranjeros que hayan pasado por el Reino Unido, Sudáfrica, Irlanda del Norte e India en los últimos 14 días no pueden entrar a Brasil. El vuelo de los jugadores argentinos venía de Caracas, Venezuela, y no del Reino Unido, aunque es cierto que los cuatro futbolistas cuestionados por los brasileños (Martínez, Romero, Lo Celso y Buendía) no habían dejado pasar 14 días desde la última vez que estuvieron en suelo del Reino Unido. No obstante, los futbolistas argentinos se encontraban en suelo brasileño desde el viernes, y recién fueron buscados ayer cinco minutos después de iniciado el encuentro...

El gobernador del estado de San Pablo es João Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña, que se inició más vinculado a la centroizquierda pero que luego se volcó a la derecha. De allí que Doria fue aliado de Bolsonaro hasta el año pasado, cuando empezó a tomar distancia, y en este 2021 confirmó que será candidato a la presidencia el año que viene.

El escándalo internacional, finalmente, terminó exponiendo a Brasil, cuya máxima autoridad sigue siendo Bolsonaro, quien a la vez venía perdiendo apoyo social y credibilidad desde que se inició la pandemia y desde que fogoneó la organización de la Copa América este año, cuando el certamen no podía organizarse ni en Colombia ni en la Argentina.

Lo concreto es que la Federación Brasileña deberá explicar a la Conmebol y a la FIFA cómo dejó entrar a los agentes de la Anvisa al campo una vez que el partido ya se había iniciado.