Se flexibilizó la cuarentena y el “Rastrujita” volvió a ponerle color a las calles de La Plata

Se trata de un mítico Rastrojera modelo 66 que al mejor estilo de la “Santa Milonguita” de Minguito se ganó el cariño de los platenses hinchas de Estudiantes en la campaña del torneo Apertura 2010. Le hace honor a las frases de Verón y estaba guardada y lo tiene el dueño de un lubricentro de […]

Se trata de un mítico Rastrojera modelo 66 que al mejor estilo de la “Santa Milonguita” de Minguito se ganó el cariño de los platenses hinchas de Estudiantes en la campaña del torneo Apertura 2010. Le hace honor a las frases de Verón y estaba guardada y lo tiene el dueño de un lubricentro de 44 y 147. Esta semana volvió a recorrer las calles de la ciudad

Como en la década del 80 con la Santa Milonguita o el Topolino de “Mingo y Aníbal” la  Rastrujita fue un vehículo tan carismático como entrador para los platenses en los primeros años de la última década.

Se trata de un antiguo Rastrojero modificado, que lleva impreso el apodo del máximo ídolo de Estudiantes de La Plata y que le rinde homenaje al equipo de Sabella que salió campeón en el torneo Apertura 2010.

Era septiembre de aquel, el equipo conducido por Alejandro Sabella le ganó 2-0 a su clásico rival en la cancha de Quilmes, y tenía como escolta a San Lorenzo de Almagro.

Ramón Díaz, técnico del Ciclón y de lengua filosa, había declarado que su equipo era “como un Ford Falcón”, por lo rendidor.

Sebastián Verón salió al cruce y cuando le preguntaron qué auto podía ser aquel Estudiantes. “Un Rastrojero, somos humildes, pero vamos a llegar seguro”, dijo.

De allí surgió la idea de Eduardo Vidal, quien consiguió una camioneta modelo 66 y la restauró en tiempo récord confiando en los dichos de su líder y apostando a que la campaña iba a tener final feliz.

Entre septiembre y noviembre puso a tono la camioneta y en la primera quincena de ese año dio la vuelta olímpica por toda La Plata y subió a decenas de personas que se sacaron fotos y lo celebraron.

Hoy, casi una década después, la Rastrujita volvió a circular por las calles de la ciudad. La tiene el dueño de un lubricentro de la Avenida 44 que esta semana pudo volver a trabajar.

Su chapa ya no brilla como en el 2010, y los años también cuentan como al presidente de la institución.