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Super Bowl, super millonarios
Cuando faltaban pocas horas para el comienzo del Super Bowl LVI, uno de los eventos más importantes del mundo deportivo, se conocieron las cifras millonarias ─y no son todas─ que envuelven al encuentro entre los Cincinnati Bengals y Los Angeles Rams.
Más allá del equipo que triunfe y levante el trofeo, hay otras cifras impactantes que señalan a ganadores que también rodean al partido.
Se estima que el partido será visto por alrededor de 200 millones de personas en vivo con un impacto de gran volumen en números relacionados con la economía y las finanzas del encuentro.
El partido en sí mismo contiene una suerte de desajuste financiero ya que enfrenta al cuarto equipo más valioso de la NFL contra el número 31.
Los Bengals son un negocio familiar, mientras detrás de los Rams está Stan Kroenke, uno de los propietarios de equipos más ricos de Estados Unidos con un imperio deportivo gigante. Una especie de David vs. Goliat del mundo deportivo explican los analistas.
De hecho, los Rams son la deslumbrante joya valuada en US$ 4.8 mil millones del imperio deportivo de Kroenke estimado en US$ 10.5 mil millones. El magnate está casado con Ann Walton, heredera de la fortuna de Walmart, y juntos son propietarios de los Denver Nuggets y el Arsenal FC.
Mientras tanto, los Bengals, la segunda franquicia menos valiosa de la NFL, con un valor estimado de «apenas» US$ 2.3 mil millones, un negocio familiar, cofundado por el entrenador Paul Brown, una leyenda de la NFL, hace medio siglo y controlado estrictamente por su hijo Mike de 86 años, un relativo desconocido fuera del fútbol americano.
Los jugadores del equipo ganador recibirán un bono de US$ 150 mil de la NFL, mientras los jugadores del equipo perdedor se tendrán que conformar con solo US$ 75.000 cada uno.
Además, el juego no contará con ninguno de los diez jugadores mejores pagos de la NFL está temporada, pero incluirá a un mariscal de campo que gana US$ 22 millones al año, Matthew Stafford, en su primera temporada con Los Angeles Rams.
Del otro lado, el mariscal de campo de los Bengals, Joe Burrow, al menos por ahora no es el jugador mejor pagado de su equipo.
El SoFi Stadium, donde se jugará el encuentro, esta ubicado en Los Ángeles donde los Rams juegan de local. El estadio costó alrededor de cinco mil millones de dólares para ser construido y es uno de los más innovadores de la NFL.
Por fuera del encuentro, el espectáculo de medio tiempo es otro de los shows más esperados del año. En esta oportunidad contará con Dr. Dre, Snoop Dogg, Eminem, Mary J. Blige y Kendrick Lamar. Todos son grandes estrellas, pero obtendran un cheque de pago por la actuación de US$ 0. El rating es superior al monto que podrían cobrar.
La NFL está teniendo algunos de sus mejores ratings en años, una gran noticia para los anunciantes que gastaron hasta US$ 7 millones en un spot comercial de 30 segundos.
Finalmente, se proyecta que los estadounidenses apuesten US$ 7.600 millones en el juego, un aumento del 78% con respecto al año pasado.
Los Rams son favoritos por 4 puntos, con un grueso de apuestas interesantes, como es el caso de un apostador deportivo legendario ─que no es nombrado aunque la prensa lo conoce─ que tiene US$ 9,5 millones confiando en los Bengals.