LIGA PROFESIONAL

Vélez perdió de local con Banfield y podría complicarse con la permanencia

En uno de los famosos partidos de seis puntos, el "Taladro" se impuso con un golazo de Gerónimo Rivera y puso otra vez en aprietos al "Fortín".

Banfield le ganó por 1-0 a Vélez este lunes en el José Amalfitani por la Zona A de la Copa LPF en otra final por la permanencia en la Primera División: el vencedor supo construir una actuación de menor a mayor, se llevó todo el premio merecidamente para alejarse del fondo de la tabla general y le asestó a un Fortín que venía de sacar un gran punto en Rosario su primera derrota de local, que lo deja recalculando y pendiente de otros resultados con riesgo de volver al puesto de descenso. 

El conjunto de Sebastián Méndez tuvo un arranque a pleno merodeando insistentemente el área de Facundo Cambeses y prácticamente impidiendo que los de Julio Falcioni llegaran a pisar los tres cuartos de cancha. En esos momentos, Elías Gómez metió un cabezazo en el travesaño, pero con el correr del trámite logró emparejar la visita e incluso estar más cerca de abrir el marcador.

El elenco del Sur también tuvo un tiro que rozó en horizontal gracias a Milton Giménez pasando la mitad de la etapa, y después Martín Cañete desperdició una chance clara por la intervención del Chila Gómez. En el inicio del complemento el partido siguió en la tónica favorable al Taladro, lo que comenzó a generar impaciencia en el público de Liniers.

Ignacio Rodríguez también tuvo una buena chance y en el recambio sacaron más ventaja los del Emperador con ingresos como el de Gerónimo Rivera, mientras que el Gallego volvió a meter mano con modificaciones que no hacía hace rato -entraron Gianluca Prestianni y Elías Cabrera- que tampoco lograron cambiar el destino errante del equipo.

Al final, llegó la justicia a los 32, cuando Rivera recibió, se recostó hacia la derecha y acomodó la pelota junto al palo izquierdo de Gómez. Golazo que le permitió a Falcioni hacer lo que mejor sabe, manejar los hilos en ventaja, y hundió a Vélez entre la impaciencia del público y la impotencia en el campo. No hubo más situaciones de peligro aunque sí emotividad con el correr de los minutos. Noche de angustia para el anfitrión y de desahogo para la visita.