CAMBIO CLIMÁTICO

Alemania: una ciudad se queda sin agua

El cambio climático, las escasas lluvias en invierno y el aumento del consumo de agua por parte de los agricultores y la industria están haciendo que el nivel de las aguas subterráneas descienda en Alemania.

Ulrichstein es una pequeña ciudad alemana con unos 2.900 habitantes y la más elevada del Estado federado alemán Hesse, a 614 metros sobre el nivel del mar. El suave y verde entorno apenas sugiere que haya problemas mayores con el suministro de agua aquí.

La idílica calma de la comuna es ahora interrumpida durante semanas por poderosas máquinas de construcción y excavación. Una empresa especializada, que ya ha explotado fuentes de agua en muchas otras regiones del mundo, está tratando de encontrar nuevos depósitos subterráneos de agua. El proyecto es controvertido.

Incertidumbres y un gran esfuerzo

Los geólogos dicen que el proyecto es inútil y que ahí en Ulrichstein no hay agua. La compañía de perforación afirma lo contrario. El alcalde Edwin Schneider se muestra preocupado por la situación: "Nunca pensé que nos pasaría algo así." Schneider ya había oído hablar de escasez de agua en otros lugares montañosos. También de regiones problemáticas de Baja Sajonia y Alemania Oriental.

El problema en Ulrichstein es que los seis pozos, que han estado abasteciendo a los casi 3000 habitantes con agua potable durante unos 100 años, tienen solo dos o tres metros de profundidad y se están secando cada vez más. Solo suministran cuatro metros cúbicos de agua por hora. Sin embargo, se requiere al menos el doble de esa cantidad. No hay allí represas como las de las que se extrae el 30 por ciento del agua potable de Alemania. No hay otra opción que recurrir  -como en el 70 por ciento de todos los municipios alemanes-  al agua subterránea.

Intentos desesperados

Una perforación anterior en Ulrichstein, a una profundidad de 120 metros no tuvo éxito. Lo malo fue que costó 150.000 euros y la pequeña ciudad tuvo que agregar los costos al precio del agua para los ciudadanos. Por lo tanto, el ayuntamiento está examinando otras opciones y se decidió por reconstruir y modernizar dos de las ocho plantas de tratamiento de aguas residuales, por dos millones de euros. Un canal de 4,5 kilómetros de largo hasta la ciudad vecina podría suministrar agua adicional. Esto significaría otros 650.000 euros para la construcción del canal. Todavía hay dudas, pero el tiempo apremia.

Finalmente se le pide a una compañía de transporte un camión  que suministra alrededor de 60.000 litros de agua seis veces al día y llena con ella un tanque en Ulrichstein. Además, se pide a los ciudadanos de Ulrichstein que ahorren agua. No hay agua para el césped, no hay agua para las cosas que no son absolutamente necesarias.

Consumo privado de agua

Como dueño de una lavandería, Klaus Kraft se ve particularmente afectado. Necesita unos doce metros cúbicos de agua al día; en el pasado eran incluso treinta. "Desafortunadamente, no puedo volcar los aumentos de costo a mis precios." Actualmente el precio de un metro cúbico de agua es de unos diez euros, lo que duplica o triplica el de otras ciudades.

Un camión transporta 60.000 litros de agua seis veces al día a Ulrichstein.
El nuevo reto son ahora las piscinas que mucha gente ha construido en sus jardines. Según la Asociación Federal de Piscinas y Wellness, la demanda en Alemania aumentó casi un 3000 por ciento durante la crisis del coronavirus. La gente ya no viaja y se acomoda en casa. Esto también aumenta el consumo de agua.

Perspectivas para el futuro

El biólogo Karsten Rinke, del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental, opina que los alemanes tienen que prepararse para una mayor escasez de agua en el país. Las innovaciones técnicas y los esfuerzos por ahorrar agua desde la década de 1990 han reducido el consumo medio de agua de un alemán de 147 a 123 litros por día. Pero la Oficina Federal de Protección Civil (BBK) se remite a los actuales análisis de riesgos climáticos y ve "problemas en el suministro de agua potable a la población". No en todo el país, pero sí en algunas regiones de Alemania.