Ciencia y Salud
Algunos bloqueadores solares podrían ser cancerígenos, según investigadores
Algunos bloqueadores solares podrían ser cancerígenos, según un estudio llevado a cabo por el Centro Nacional para la Investigación Científica de Francia.
Los investigadores han estudiado una decena de cremas hidratantes y solares y concluyen que pueden ser peligrosas para la salud tras llevar varios meses abiertos, en particular por su potencial efecto disruptor del sistema endocrino.
Los investigadores han estudiado una decena de productos de grandes marcas multinacionales como Garnier, L'Oreal o Bioderma. Tras adquirir los productos, los envejecieron prematuramente, para conseguir las condiciones que se dan tras un año de apertura del embalaje y analizar entonces las fórmulas.
Descubrieron que con el envejecimiento, un componente en particular muta. Se trata del octocrileno, un filtro químico que protege del sol y está acusado de provocar alergias. Al cabo de un año, el octocrileno se transforma en benzofenona, una acetona aromática que entra dentro de la categoría de los disruptores endocrinos, es decir, sustancias químicas que penetran en el organismo, afectan al sistema hormonal o al metabolismo y pueden provocar enfermedades graves como el cáncer, malformaciones en el feto o reducción de fertilidad en hombres y mujeres.
Los investigadores del CNRS francés encargados del estudio, publicado en la revista científica Chemical Research in Toxicology, llaman a prohibir la utilización del octocrileno en las fórmulas de cremas hidratantes y solares.
¿Cuáles son las alternativas desde ya?
Lo primero que hay que saber es que la piel es un órgano de absorción, como los intestinos, por lo que hay que tener cuidado con lo que se le aplica, porque puede acabar teniendo graves consecuencias para la salud.
En el plano de la protección solar, hay alternativas pero todo dependerá de cuáles sean las preocupaciones del consumidor: protección del medioambiente y de la cadena alimenticia, alergias, salud general, etc. La mayoría de los que se encuentran en el comercio convencional tienen filtros químicos. Son sustancias como el octocrileno, casi todas derivadas del petróleo, que la piel absorbe. Generan una reacción fotoquímica para bloquear y transformar la radiación solar. Muchos son controvertidos y sobre algunos tienen ya la etiqueta de disruptor endocrino.
Después están los filtros físicos, como el óxido de zinc. Son los más seguros hasta el momento y los recomendados por la mayoría de las organizaciones que investigan sobre los cosméticos. Su punto flaco es que dejan una capa blanquecina sobre la piel, precisamente porque no la penetran, solo se depositan sobre ella. Por ello varias marcas han empezado a trabajar con estos filtros pero utilizando nanopartículas, lo que elimina la capa blanquecina pero trae de vuelta el peligro de la penetración de la epidermis y sus consecuencias a largo plazo. La OCU, una organización española de consumidores recomienda, en la medida de lo posible, evitar las nanopartículas, en particular cuando están presentes en los espráis. Las etiquetas de los cosméticos deberían mencionar si el producto contiene partículas nano.
En los últimos años se ha empezado a estudiar la eficacia de algunos filtros de origen biológico. Se trata del helecho Polypodium leucotomos, la silimarina del cardo mariano o los polifenoles de semillas de uva negra, que han presentado resultados alentadores en investigaciones en laboratorio, en cuanto a su eficacia para repeler la radiación solar y proteger del envejecimiento de la piel, pero se necesitan estudios más avanzados para confirmar estos efectos, como señala el médico de familia David López en su blog, especializado en la divulgación científica.
Es importante señalar también que cualquiera de estos bloqueadores tendrá consecuencias sobre el medioambiente. Gracias a nuestra afición por los baños de mar, entre 6,000 y 14,000 toneladas de crema solar acaban cada año en los océanos. Estos productos químicos son particularmente tóxicos para los corales.
Por eso, algunos ambientalistas apuntan ya a que la mejor protección contra el sol es la ropa. Hay guías sobre cómo escoger las prendas que mejor nos protegen del sol e incluso se fabrican ya conjuntos de baño que repelen la radiación solar. Trajes de baño que podrían traer de vuelta la polémica del burkini...