Irán

Cierran un parque acuático por permitir la entrada a mujeres sin velo

El complejo es uno de los mayores parques acuáticos cubiertos del mundo y fue cerrado porque la gente “ignora las normas de castidad y el uso del jihab”, señaló el gerente.

El Gobierno de Irán cerró el domingo un gran parque acuático en el noreste del país por permitir el acceso de mujeres sin velo, informó un medio de comunicación local.

El cierre del parque “Olas Rugientes”, ubicado en la región de Mashhad, forma parte de las medidas intensificadas por las autoridades en los últimos meses contra las mujeres y las empresas que no respetan el estricto código de vestimenta de la República Islámica.

“El parque acuático Mojhaye Khoroushan está cerrado” desde el domingo por la tarde, dijo su gerente Mohammad Babaei, citado por la agencia de noticias Fars.

“Hace un tiempo se trasladó un aviso al centro, pero durante la pasada noche fue clausurado por las autoridades”, apuntó, antes de lamentar que los trabajadores “han quedado sin empleo en un momento álgido de la temporada”.

El complejo, uno de los mayores parques acuáticos cubiertos del mundo con 60.000 m2, fue cerrado debido a que la gente “ignora las normas de castidad y el uso del jihab”, pese a haber advertido a las visitantes, indicó Babaei.

El millar de empleados del parque temen perder sus trabajos, añadió.

Llevar velo es obligatorio para todas las mujeres en Irán desde 1983, después de la Revolución Islámica de 1979.

Cada vez más mujeres salen sin velo a la calle en las grandes ciudades, desde las protestas masivas desencadenadas en septiembre de 2022 por la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, una joven de 22 años detenida por no respetar presuntamente el estricto código de vestimenta.

Las movilizaciones que siguieron a la muerte de la joven dejaron un tendal de más de 500 personas muertas, miles de heridos y cientos de detenidos.

En los últimos meses, muchas tiendas, cafés y restaurantes debieron cerrar, la mayoría durante unos días, por incumplir la obligación de llevar velo.

Desde mediados de julio, la Policía de la Moral, encargada de vigilar el cumplimiento del código de vestimenta, redobló su presencia en las calles iraníes, mientras que el Parlamento estudia un proyecto de ley que busca endurecer las penas contra las mujeres declaradas culpables de no llevar el velo en público.

Grupos defensores de derechos humanos y de las Naciones Unidas calificaron esta medida como un “apartheid de género”.

“Las autoridades parecen estar gobernando a través de una discriminación sistemática con la intención de forzar a las mujeres y niñas a una sumisión total”, expresaron los relatores de la ONU en un informe difundido la semana pasada.

“Urgimos a que las autoridades reconsideren la legislación que atañe al uso obligatorio del jihab, en cumplimiento con las legislaciones internacionales de derechos humanos, y a garantizar el pleno disfrute de los derechos humanos para todas las mujeres y niñas en Irán”, apuntaron especialistas de la ONU.

Por el asesinato de Mahsa Amini no sólo no hay condenados, sino que, por el contrario, las autoridades iraníes han eximido a las fuerzas de seguridad de toda culpa sobre la muerte de la joven, si bien han reconocido ciertos “excesos” durante la represión de las protestas.