EEUU

Condenan al dueño de un taller de autos por pagarle con monedas a un empleado que renunció

Disgustado con su renuncia, le dejó 91 mil monedas tiradas en el piso, en la entrada del taller.

El dueño de un taller de autos de los Estados Unidos fue condenado por la justicia por haberle pagado con 91 mil monedas de un centavo a un empleado que acababa de renunciar. Como si fuera poco, las mismas estaban cubiertas de líquido de dirección.

Más de dos años después de la renuncia, la justicia falló a favor del exempleado y ordenó al propietario del taller a pagar 39.934 dólares en concepto de indemnización por daños y perjuicios.

Andreas Flaten, que fue gerente del taller A-OK Walker Luxury Autoworks hasta noviembre de 2020, contó que, para castigarle por la decisión, su antiguo empleador le dejó una montaña de monedas en la entrada del taller cuatro meses después de presentar su renuncia y tras realizar una serie de reclamos por la demora en el pago de su último sueldo.

Tremelle Howard, abogada regional del Departamento de Trabajo, expresó que el tribunal ha transmitido un mensaje contundente a empresarios como Miles Walker, quienes someten a sus empleados a prácticas salariales injustas, intimidación y represalias directas. Howard afirmó: “Aquellos empresarios que creen erróneamente que pueden violar deliberadamente las leyes laborales en perjuicio de sus empleados y competidores deben comprender que haremos todo lo posible para llevarlos ante la justicia”.

La novia de Flaten había publicado un video en Instagram al día siguiente del hecho y, desde allí, comenzó a llamar la atención de miles de internautas, que le brindaron su apoyo. “Distinta sería la situación si hubieran sido sólo algunas monedas”, dijo Flaten. Y para colmo, se habían cubierto con una sustancia “pegajosa y picante”. El líquido de dirección es una mezcla de aceite mineral y otro sintético.

Miles Walker, el propietario del taller, le dijo al medio CBS46 que no recordaba la situación. “No importa, le pagaron, eso es todo lo que vale”, fue lo único que comentó al respecto.

Flaten comentó que el problema surgió por “la falta de sensibilidad” de su empleador a su necesidad de ir a buscar a su hijo a una guardería en horario de trabajo. Inicialmente, Walker aceptó estas condiciones. Y él tomó el trabajo porque le permitieron retirarse todos los días a las 5 de la tarde.

Ocurrió que, durante la pandemia, la guardería de su hijo comenzó a cerrar más temprano, por lo que tuvo que empezar a retirarse del taller más temprano. “Ahí el arreglo se evaporó”, dijo Flaten. Esa imposibilidad de ir a buscar al niño y “otros intercambios desagradables” lo llevaron a notificar en noviembre que planeaba renunciar. Incluso dejó el trabajo antes de lo planeado.

Cuando fue citado al taller para ir a buscar el dinero, no sólo encontró que la montaña de monedas tenían aceite, sino un sobre con la expresión “Púdrete”. En el sobre encontró su liquidación de pago, pero ningún cheque ni billetes.