PROTESTAS
Cuba: Bloqueo de internet y cortes de electricidad en la isla
El canciller cubano, Bruno Rodríguez, atribuyó el apagón del internet móvil a la crisis.
El domingo, cuando los habitantes del pequeño pueblo de San Antonio de los Baños, a una treintena de kilómetros de La Habana, comenzaron a marchar al grito de “¡Abajo la dictadura!”, esas imágenes fueron transmitidas en directo por Facebook. Y se propagaron de inmediato. En pocas horas, unas 40 protestas se contaron en toda la isla y todas fueron ampliamente difundidas en las redes sociales. Para frenar el movimiento, una de las primeras medidas que tomó el gobierno de Miguel Díaz-Canel fue cortar el servicio de internet móvil. Tres días después, aún no fue restablecido.
El grupo NetBlocks, con sede en Londres, constató interrupciones desde el lunes en WhatsApp, Facebook, Instagram y también en algunos servidores de Telegram.
El gobierno puede interrumpir el acceso a través de la estatal ETECSA (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba) y el único servicio de comunicaciones móviles Cubacel, según NetBlocks. El boqueo fue similar al impuesto durante las protestas del llamado Movimiento San Isidro (MSI) por la libertad artística en La Habana en noviembre de 2020, dijo el grupo.
“En Cuba hay una sola empresa de comunicación y el régimen le ordenó que apagara el internet al pueblo. Ahora está obligando a los trabajadores estatales a que acudan a sus centros para que, si es necesario, también salgan a reprimir al pueblo. #SOSCuba”, tuiteó el periodista cubano Abraham Jiménez Enoa, corresponsal del diario The Washington Post, sobre la situación que atraviesa la isla.
“Por la desconexión cuesta mucho trabajo hablas de cifras: de muertos, heridos y desaparecidos. Pero los hay. El régimen está apagando la llama social como único saben hacerlo las dictaduras: con violencia”, había escrito horas antes.
Según Human Rights Watch, ya son más de 150 las personas que fueron detenidas tras las protestas, que dejaron al menos un muerto.
La desinformación en Cuba hoy no se limita al paradero de los detenidos-de los que un pequeño grupo fue liberado en las últimas 24 horas, según fuentes cercanas- sino a todo lo relacionado con el estallido social en la isla, ya que casi nadie en Cuba puede permitirse una conexión wifi.
El apagón de internet está provocando un parón en parte de las actividades del país, que pasaron a ser en línea por la pandemia. “Sin conexión no podemos trabajar estos días, vamos a ver qué pasa”, indicó a Efe una profesora de una universidad de La Habana donde las clases y otras actividades son virtuales desde hace meses.
Algunos cubanos pudieron sortear las restricciones mediante el uso de redes privadas virtuales o VPN.
El canciller cubano Bruno Rodríguez calificó este martes las protestas masivas antigubernamentales del domingo como “disturbios”, insistió en que las financió Estados Unidos y atribuyó el apagón de internet móvil en toda la isla a los problemas financieros que vive su país.
Sin más detalles, Rodríguez comparó el apagón a “las interrupciones de la electricidad” y las “dificultades evidentes en la alimentación” o el transporte.
“Estos días ha habido falta de fluido eléctrico que repercute también en el funcionamiento de las redes, los nodos, los servidores y las telecomunicaciones”, indicó, y agregó más adelante: “en un país en que tenemos una situación de falta de medicamentos agudizada, es verdad que faltan datos pero faltan medicamentos también”.
Rodríguez también insistió en que Washington es responsable de las protestas que el domingo llevaron a las calles de varias ciudades y pueblos de Cuba a miles de personas pidiendo “libertad” y las tachó de “disturbios a escala muy limitada, desórdenes y vandalismo”, negando que se tratara de “un estallido social”.
El diplomático aseguró que EEUU hizo un uso “obsceno” de la manipulación de datos y de su “monopolio” de las herramientas de alta tecnología en una “operación comunicacional de alta envergadura” y de “desinformación” para desacreditar al Gobierno cubano y lograr un cambio de régimen.
“Es una operación política, una agresión del Gobierno de Estados Unidos que hoy no necesita misiles y que tiene gran capacidad para la guerra no convencional o virtual”, manifestó.
Hace tres años, las protestas que se vivieron en la isla hubiesen sido inimaginables. Cuba, que fue durante décadas uno de los países más desconectados del mundo, no dejó entrar el internet móvil hasta diciembre de 2018.
El éxito fue asombroso. De los 11,2 millones de habitantes que tiene la isla, 4,4 millones navegaban desde sus teléfonos a finales de 2020.
Para el gobierno comunista, mejorar la conectividad era una prioridad para modernizar el país. Ahora cualquier cubano puede desde su celular trasferir dinero, pagar sus facturas o hacer compras en línea.
Pero también se abrió la Caja de Pandora. “Es una ventana hacia el mundo exterior”, opinó el sociólogo estadounidense Ted Henken, coautor del libro La revolución digital en Cuba.
Cuando “el gobierno permitió la 3G fue una respuesta a la demanda ciudadana, y por supuesto una fuente clave de fondos debido a su monopolio [el del operador estatal Etecsa]”, añade. “Pero ciertamente permitió una serie de movilizaciones, protestas y demandas que han aumentado todas en alcance” durante los últimos meses.
Noviembre de 2020 marcó un antes y un después. Durante 10 días, el contestatario movimiento San Isidro se atrincheró en una casa para reclamar la liberación de un rapero y trasmitió su protesta vía Facebook, ganando una gran audiencia internacional.
Después de que fueran desalojados por la policía, unos 300 artistas se manifestaron el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura, convocados por las redes sociales, para reclamar más libertad de expresión, algo inédito en la isla.
Finalmente, la semana pasada, la etiqueta #SOSCuba se multiplicó en las redes en reclamo de ayuda humanitaria para la isla, enfrentada a una doble crisis, económica y sanitaria, producto de la pandemia. Para algunos, este episodio fue el detonante de las manifestaciones del domingo.