Venezuela
Delcy Rodríguez, podría ser la elegida para suceder a Nicolás Maduro
La actual Vicepresidenta estaría dispuesta a ser la alternativa electoral. Delegaciones exteriores ven con buenos ojos una sucesión en sus manos para destrabar las negociaciones
Delcy Eloína Rodríguez Gómez tiene una amplia carrera dentro del chavismo. Cumplió con todos los mandatos. Reúne las credenciales para finalmente soñar en grande. Muy grande. Para algunos, su momento podría estar próximo. La actual Vicepresidenta y ministra del Poder Popular de la Economía, de 53 años, tiene una presencia cada vez más importante.
Las gestiones avanzan. El más grande de los Rodríguez es el principal portavoz del Palacio de Miraflores ante los delegados extranjeros que buscan una salida democrática a la severa crisis humanitaria, política, económica y de derechos humanos que afronta Venezuela. En ese marco, la actual Vicepresidenta asoma expectante y es vista por actores del exterior como una posible figura que en su momento reemplace a Nicolás Maduro. Creen que la sucesión presidencial ya está en marcha.
Además de las buenas artes de su hermano en el plano internacional, la expectativa está puesta en Delcy por su amplia experiencia dentro del chavismo lo cual le facilitaría la transición interna, de acuerdo a fuentes radicadas en Europa y Estados Unidos. La experiencia ganada en los últimos 17 años le permite diagramar un futuro aún más grande del que tiene en la actualidad. Y conoce -fundamental de acuerdo a los informantes- a los principales actores dentro del gobierno, tanto en el ámbito militar, como de justicia, económico y político.
La hermana menor del “clan Rodríguez” ocupó todo tipo de cargos: estuvo en diversas oficinas públicas hasta trabajar junto a Hugo Chávez en 2006 como ministra de Despacho de la Presidencia, fue asambleísta, luego ministra de Comunicación e Información, más tarde como Canciller, presidenta de la Asamblea Nacional Constituyente, secretaria General del Movimiento Somos Venezuela, hasta sus actuales cargos al frente de la Economía -que dice mostrar leves signos de recuperación- y Vicepresidenta.
Jorge Rodríguez, jefe de la delegación negociadora chavista ante los 20 países representantes, es clave para el futuro de su hermana. En la última cumbre en Bogotá, Colombia, los avances no resultaron como pretendía su anfitrión, Gustavo Petro, cercano a Maduro. Allí no estuvo el actual presidente de la Asamblea Nacional ni ningún representante de la oposición venezolana. Fue cuando Bogotá decidió expulsar a Juan Guaidó de su territorio. El jefe de estado colombiano se había reunido previamente con Maduro y su equipo en Caracas.
Pese a las cartas de presentación que se reparten en Europa, una pregunta se repite entre quienes analizan esa posible figura de Delcy como sucesora: ¿está al tanto Maduro de estos de su estrella en alza? ¿Cómo tomaría su candidatura si finalmente es presentada por los demás países? Quizás el heredero del poder de Chávez esté al tanto de estas preferencias sottovoce.
Las negociaciones, pese a todo, parecen estancadas. Días después de la promocionada Conferencia Internacional por Venezuela en Bogotá del pasado 25 de abril, Petro anunció que tanto la oposición como Maduro volverían a reunirse. Sin embargo, ese 2 de mayo -mientras se encontraba de gira por España visitando al rey Felipe VI- no informó cuándo se desarrollaría esa supuesta cumbre. Aún no se sabe nada. En Caracas nunca se confirmó ese anhelo del presidente colombiano. Y esa reunión continúa siendo una incógnita tanto para chavistas como para opositores.
Sobre esta conferencia, Jorge Rodríguez fue duro. Habló desde Caracas para fijar la postura de Miraflores. Pidió como condición para reanudar los diálogos en México el levantamiento de las sanciones que pesan sobre Venezuela y la liberación inmediata de Alex Saab, al que presenta como “diplomático”. Saab es un ciudadano colombiano señalado de ser uno de los testaferros de Maduro. Está preso en Estados Unidos y pesan sobre él diversas causas que lo podrían colocar tras las rejas por décadas.
Bogotá fue el último encuentro público internacional para tratar el futuro de Venezuela. Se suponía que servirían para que se recompusieran los encuentros en México. Pero aún no hay nada. Todos en Europa esperan que Jorge Rodríguez se siente en la mesa para ver si su hermana podría ser una carta para un nuevo gobierno. O al menos sea la que pueda presentarse como alternativa electoral al actual presidente.