Estados Unidos

Deportaron a cientos de niños latinoamericanos a Haití, aunque no nacieron allí

Ya son más de 500 los menores con nacionalidades de diferentes países de América Latina que están en la misma situación. "A los blancos los dejaron", contó una mujer.

Desde hace más de un mes, Constance y Martín, dos hermanos de 3 y 4 años respectivamente, viven encerrados con su madre por temor a los secuestros y la violencia en un país que no conocen y del que apenas hablan la lengua.

Nacieron en Chile y se comunican en español -tienen, de hecho, pasaportes chilenos-, pero fueron deportados por autoridades migratorias de Estados Unidos a Haití, uno de los lugares más peligrosos del continente.

"Llevamos varias semanas aquí y los niños no entienden qué pasa. Estamos sin salir porque tengo miedo de que algo les pueda pasar porque aquí la situación es muy fea", le dice la madre de los menores, natural de Haití, a BBC Mundo.

La familia partió del norte de Chile hace un par de meses, cruzaron el Tapón del Darién en Panamá y subieron hasta la frontera norte de México, donde fueron arrestados por la patrulla fronteriza de EE.UU.

"Nos tuvieron una semana presos en Texas, sin siquiera poder bañarnos. Nos trataron muy mal. No nos dejaban ni ducharnos. Los blancos podían ducharse y nosotros no. A los blancos los dejaron y a nosotros nos mandaron para Haití, donde no tenemos familia, donde no tenemos nada", agrega.

Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 800 niños fueron deportados por EE.UU. a Haití entre el 19 de septiembre y el 4 de noviembre pasados.

De ellos más de 400 habían nacido en Chile, 84 en Brasil, seis en Venezuela y uno en Ecuador, otro en Nicaragua y otro en Panamá.