BARCELONA

Detuvieron a un pastor evangélico que estaba prófugo: lo acusan de abusar sexualmente a seis niños

Se trata de Jonatan Matías Blanco. Tenía pedido de captura internacional a Interpol y está imputado por hechos ocurridos entre 2017 y 2021.

Un pastor evangélico que estaba prófugo en la Argentina fue detenido por la policía en Barcelona. Está acusado de abuso y agresión sexual a seis menores de edad que integraban su congregación.

Se trata de Jonatan Matías Blanco, de 38 años. Tenía captura internacional a Interpol y está imputado en una causa que tramita en el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°43, a cargo de Alejandro Héctor Ferro.

Blanco cuenta con un historial de abusos por distintos hechos ocurridos entre 2017 y 2021, ya que aprovechaba el vínculo de confianza construido con el trato frecuente con los adolescentes que participaban en su organización, para luego perpetrar los abusos.

“Se aprovechó de la confianza que inspiraba, de su reputación, del trato frecuente que mantenía con los chicos y de su desempeño como pastor de la congregación de la que también formaban parte los jóvenes damnificados”, señalaron fuentes de la investigación a Clarín.

Ante las graves denuncias, el sacerdote decidió huir de la Argentina e intentó buscar refugio en Barcelona, España. En el país ibérico, el pedido de captura del juez llegó el 10 de noviembre.

En ese sentido, la instrucción apuntaba a localizar y detener a “un fugitivo de la lista de los más buscados” del país. La detención se produjo a los seis días, y recién este martes se conoció su suerte.

“El fugitivo, que ya fue puesto a disposición de la de la Audiencia Nacional española, será trasladado a la Argentina cuando se cumplimente el trámite correspondiente”, detallaron fuentes judiciales. Este miércoles, Blanco cumplirá 39 años apresado y a la espera de su extradición.

Cómo actuaba el pastor evangélico acusado de abuso sexual

De acuerdo a la investigación judicial, el pastor se valía de la confianza obtenida por su rol en la congregación de la que participaban los adolescentes para cometer los abusos. Tenía un particular modus operandi: con la excusa de darles un regalo, jugar a la Play Station, ver una película o hacer masajes, invitaba a las víctimas -de entre 12 y 17 años- a dormir a su departamento, donde perpetraba los ataques.

Uno de los hechos que se le imputa es el abuso de dos hermanos, uno de 14 y el otro de 12 años, ocurrido en la casa de la madre de Blanco. En otro de los casos, el pastor invitó a otro chico a participar de las oraciones que realizaba alrededor del Hospital Sirio Libanés, donde estaba internada su madre. Desde allí, lo convenció de “darle un masaje” y lo llevó a su departamento para cometer el abuso.

Otro de los adolescentes también declaró haber sido objeto de la técnica del masaje. El pastor se le abalanzó y metió sus manos en el short de fútbol. El chico reaccionó al abuso y le preguntó qué hacía. En esa ocasión, Blanco paró y se justificó: “Masajitos bro”.

Uno de los aberrantes episodios ocurrió un día antes de que la víctima cumpliera la mayoría de edad. Mientras dormía, el joven se dio cuenta de que había pasado algo sin su consentimiento: advirtió que estaba con sus calzoncillos semi bajos y creyó que lo que sospechaba no había pasado o se trataba de un sueño. Pero la secuencia se volvió a repetir.