no cesan las muertes
El campeón de karate y un activista fueron ejecutados por el régimen de Irán
La justicia persa los acusó de haber matado a un miembro de la milicia paramilitar Basij durante una manifestación por Mahsa Amini. Amnistía denunció que las condenas se basaron en confesiones forzadas
El régimen de Irán ejecutó en la madrugada de este sábado a dos jóvenes por el asesinato de un paramilitar durante las recientes manifestaciones desencadenadas por la muerte de la joven kurda Mahsa Amini. Sin embargo, Amnistía denunció que las condenas se basaron en confesiones forzadas.
“Mohammad Mahdi Karami y Seyyed Mohammad Hosseini, los principales autores del crimen que condujo al martirio de Ruhollah Ajamian, fueron ahorcados en la mañana”, indicó Mizan Online, la agencia de información del poder judicial designada por el régimen.
No se informó qué tribunal juzgó a los dos hombres, solo se sabe que sus penas fueron dictadas por las Cortes Revolucionarias iraníes, donde los procedimientos se realizan a puerta cerrada y sus métodos han sido cuestionados por la comunidad internacional en repetidas oportunidades.
Karami, de 21 años, era un campeón de karate kurdo-iraní que lucía un tatuaje de los aros olímpicos en la cara interna del brazo. Su primo declaró a la cadena CNN que era un chico “valiente e inteligente”, y que se inició en el karate a los 11 años. Llegó a formar parte del equipo nacional juvenil iraní y más tarde ganó los campeonatos nacionales.
El mes pasado, los padres de Karami publicaron un video en las redes sociales en el que suplicaban al Estado que le perdonara la vida. “Mi hijo es uno de los campeones de karate de Irán, tiene varios títulos nacionales y fue el cuarto clasificado en el equipo nacional iraní...”, declaró su padre. “Les ruego que levanten la orden de ejecución”, decía desesperado. Sin embargo, la familia fue amenazada y Karami ahorcado.
Seyyed Mohammad Hosseini, de 20 años, era un activista que hacía voluntariado con niños, según confirmó la parlamentaria alemán Ye-One Rhie, que defendió su caso. “La historia de #SeyedMohammadHosseini es muy triste. Perdió a sus dos padres. Visitaba sus tumbas todos los jueves. Entrena a niños gratis”, detalló en Twitter.
Hosseini fue detenido cuando se dirigía a visitar las tumbas de sus padres y las fuerzas del régimen también se llevaron a su hermano, del que no se sabe nada.
Según Amnistía, Hosseini fue declarado culpable en la misma vista que Karami y otros dos hombres que también fueron condenados a muerte, Hamid Ghare-Hasalou y Hossein Mohammadi.
Con este tipo de castigos, el régimen busca frenar las prolongadas protestas generalizadas que desafían a la teocracia gobernante.
Irán se ha visto sacudido por protestas multitudinarias tras la muerte el 16 de septiembre de Mahsa Amini, una kurda de 22 años que había sido detenida por presuntamente vulnerar el código de vestimenta, que incluye el uso del velo.
Desde el inicio de estas manifestaciones, la justicia iraní condenó a muerte a 14 personas vinculadas con estas protestas, según un recuento de la AFP basado en informaciones oficiales.
De ellas, cuatro han sido ejecutadas, otras cuatro recibieron una confirmación de la condena por parte de la Corte Suprema, seis esperan un nuevo proceso y dos pueden apelar la decisión.
Activistas del país aseguran que otra decena de personas se enfrentan a acusaciones que pueden tener como consecuencia la pena capital.
Estas ejecuciones han provocado fuertes críticas internacionales, especialmente desde países occidentales, que han pedido a Irán que ponga fin a los ahorcamientos.
Al menos 517 manifestantes han muerto y más de 19.200 personas han sido arrestadas, según Activistas de Derechos Humanos en Irán, un grupo que sigue de cerca los disturbios. Las autoridades del régimen iraní no han ofrecido un conteo oficial de fallecidos o arrestados.
Al menos 2.000 personas han sido acusadas por la Justicia iraní de diversos delitos por su participación en las movilizaciones.
Según diversas ONG, más de 450 personas han muerto en los últimos meses en Irán en las diferentes manifestaciones de protesta, que han sido reprimidas con contundencia por la policía.