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El oficialismo georgiano denunció “intervención” de servicios occidentales en las protestas

Luego del veto presidencial al proyecto de ley que buscaba limitar el ingreso irrestricto de capitales extranjeros, el oficialismo parlamentario del país, denunció que las protestas de los últimos dos días tuvieron participación de organizadores "externos, probablemente occidentales".

Las protestas, sin tantas banderas georgianas en la mayoría de los casos, y si con banderas de la Unión Europea o de los Estados Unidos, generaron ciertas dudas en el oficialismo sobre el marco "espontáneo" de las marchas. En varias de las movilizaciones pudieron verse pancartas en inglés, cuando ninguna de las principales lenguas habladas en ese país es el inglés, lo que avivó los rumores de una motivación extranjera detrás.

El gobierno georgiano no es pro-ruso, ni mucho menos, por las disputas sobre Abjasia y Osetia del Sur. Más bien, tiene una impronta más nacionalista. Sin embargo, desde la oposición plantearon que el gobierno está "girando hacia Moscú". La Ley de capitales extranjeros, buscaba promover un límite a la inversión extranjera sobre ciertos sectores estratégicos, con el fin de darle mayor margen a los empresarios nacionales. Sin embargo, el proyecto fue tratado como "pro-ruso".

Tampoco se trata de un "Euromaidan" a la georgiana, como algunos medios más próximos a Rusia intentaron instalar, por el simple hecho de que el gobierno sigue en el poder y que es difícil pensar en que vaya a caer por muchas razones.

El oficialismo denunció que existió "malicia planificada" para desinformar sobre el proyecto, y que el mismo retirará el proyecto original, para ser reelaborado y difundido con todos los detalles a los medios con el fin de evitar desinformaciones similares.