Italia

El papa Francisco cree que la Iglesia debe participar en el debate de los líderes mundiales sobre la IA

Una imagen del papa con una elegante chaqueta inflable blanca se hizo viral el año pasado, pero la imagen era una “deep fake”, creada mediante inteligencia artificial.

Esta semana, el papa hará una intervención histórica en el debate sobre la inteligencia artificial en la cumbre del G7, en la región de Apulia, en el sur de Italia. Este viernes, Francisco se convertirá en el primer papa que participa en la cumbre de líderes de las economías más avanzadas del mundo cuando intervenga en una sesión dedicada a la IA. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, un católico que mantiene una cálida relación con Francisco, se encuentra entre los líderes que se espera que estén presentes en la reunión.

El pontífice, de 87 años, está decidido a utilizar el poder blando de su cargo para intentar garantizar que el desarrollo de la IA esté al servicio de la humanidad y no se convierta en el monstruo de Frankenstein del siglo XXI.

Para el papa, que de joven se formó como químico, los avances en ciencia y tecnología son bienvenidos; cree que la IA ofrece nuevas y apasionantes oportunidades. Pero el papa también prevé algunos riesgos graves.

En un mensaje publicado a finales del año pasado, advertía de que podría surgir una “dictadura tecnológica” si no se establecía una regulación suficiente, destacó las amenazas que plantean los sistemas de armamento controlados por IA y los peligros de que la tecnología se utilice indebidamente para una sociedad vigilada y para interferir en las elecciones. El papa cree que la IA solo puede hacer del mundo un lugar mejor si sirve al “bien común” y no aumenta las desigualdades.

El papa y el Vaticano han presionado para que se establezca un marco ético que sustente el desarrollo y el uso de la IA. Desde 2020, la Pontificia Academia para la Vida del Vaticano, un organismo que defiende las enseñanzas morales católicas sobre bioética, ha estado promoviendo el Llamamiento de Roma por la Ética de la IA, un documento que establece seis principios para la ética de la IA, entre ellos la transparencia, la inclusión, la responsabilidad y la imparcialidad.

El Vaticano busca la adhesión de las grandes empresas tecnológicas y los Gobiernos. Hasta ahora, el documento ha sido firmado por Microsoft, IBM y Cisco Systems, junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el Ministerio de Innovación de Italia y numerosos líderes religiosos.

En la cumbre del G7, se espera que el papa inste a los líderes mundiales a trabajar juntos en la regulación de la IA, haciéndose eco de su llamamiento de finales del año pasado a favor de un “tratado internacional vinculante” para prevenir las prácticas perjudiciales y fomentar las que sean mejores. Los legisladores de la Unión Europea ya han aprobado una ley que regula la IA, mientras que un grupo bipartidista de senadores estadounidenses ha establecido planes para la regulación de la IA que podrían conducir a una legislación federal.

“El papa no es ingeniero, pero le preocupan los aspectos sociales y las implicaciones de la IA”, declaró a CNN el padre Paolo Benanti, fraile franciscano y profesor que ha colaborado con el Vaticano en la cuestión de la IA. Benanti es también miembro de un órgano consultivo de la ONU sobre IA. En el G7, espera que el papa haga hincapié en elementos de sus mensajes anteriores sobre el tema.

"El enfoque central de Francisco se centra en lo que significan las nuevas tecnologías para nuestra convivencia: qué elementos de la IA están causando desigualdad para la humanidad y temas como la distribución de noticias falsas en la plaza pública. Adopta una perspectiva global y ve que el sur global no tiene el mismo acceso a la tecnología que otras partes del mundo."

Benanti afirmó que Francisco es sensible a los “grandes desafíos a los que se enfrenta la humanidad”, y señaló que ha comenzado su papado destacando la difícil situación de los migrantes. También ha abordado la amenaza que supone el cambio climático en un importante documento papal y ahora se centra en la IA, añadió Benanti.

El padre Philip Larrey, autor de un libro sobre la IA, “Artificial Humanity” (Humanidad artificial), y antiguo decano del Departamento de Filosofía de la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, calificó la decisión de Francisco de “bastante sorprendente”, pero Larrey cree que “influirá en el resultado” de la cumbre.

“La IA y las tecnologías emergentes están en el radar del papa Francisco”, dijo Larrey, ahora profesor de Filosofía en el Boston College, a CNN. "[Él] quiere utilizar la riqueza de la tradición católica para enfatizar la importancia de reflexionar sobre las implicaciones éticas de la IA. Y su presencia personal en [Puglia] atestigua la urgencia de ese mensaje: a menudo se refiere a la 'IA centrada en la persona' para dejar claro su punto de vista".

La imagen ultrafalsa del papa con la chaqueta hinchable se convirtió en un hito para el desarrollo de la IA y la deep fakery, mostrando el poder de las nuevas tecnologías para manipular imágenes.

Francisco abordó esta cuestión al advertir a principios de este año sobre la desinformación y la difusión de imágenes que “parecen perfectamente verosímiles, pero son falsas”. Señaló: “Yo también he sido objeto de esto”.

No se trata solo de la imagen de la chaqueta hinchable: el papa ha sido objeto en repetidas ocasiones de una profunda falsificación, con imágenes generadas por ordenador que circulan de él montado en una patineta, montando en moto e incluso mezclándose en el festival Burning Man, en Nevada.

Está claro que Francisco ve la IA como parte de lo que ha llamado el “cambio de época”, que se está produciendo a principios del siglo XXI.

Su decisión de asistir a la cumbre del G7 indica que quiere que la Iglesia esté en el centro de los debates sobre cómo se desarrolla este cambio y ayudar a garantizar que la nueva tecnología pueda beneficiar a toda la humanidad.