VATICANO

El Sínodo convocado por Francisco pidió la apertura a la Iglesia y debutó el voto femenino

La asamblea de religiosos y laicos que sesionará hasta el domingo pidió una institución abierta "a todos" con especial necesidad a las personas más desfavorecidas.

El Sínodo de obispos y laicos convocado por el papa Francisco para discutir el futuro de la Iglesia aprobó este miércoles una "Carta al pueblo de Dios" en la que llama a la Iglesia a "escuchar a todos, comenzando por los más pobres" tras una aprobación del texto que contó, por primera vez en un texto sinodal, con el voto de las mujeres que participan.

En ese marco, al intervenir durante la asamblea sinodal, el Papa destacó este miércoles que "en el santo pueblo fiel de Dios, la fe es transmitida en dialecto, y generalmente en dialecto femenino".

"Esto no sólo porque la Iglesia es Madre, y son precisamente las mujeres quienes mejor la reflejan, sino porque son las mujeres quienes saben esperar, saben descubrir los recursos de la Iglesia, del pueblo fiel, se arriesgan más allá del límite, quizá con miedo pero corajudas, y en el claroscuro de un día que comienza se acercan a un sepulcro con la intuición, todavía no esperanza, de que pueda haber algo de vida", sostuvo el pontífice.

Con 54 mujeres habilitadas para votar entre los 365 miembros del Sínodo, que desde el 4 de octubre y hasta el domingo debaten sobre el futuro de la Iglesia, la asamblea de religiosos y laicos pidió una Iglesia abierta "a todos" con especial necesidad a las personas más desfavorecidas.

"La Iglesia necesita también escuchar a los laicos, a las mujeres y a los hombres, todos llamados a la santidad en virtud de su vocación bautismal: el testimonio de los catequistas, que en muchas situaciones son los primeros en anunciar el Evangelio; la sencillez y la vivacidad de los niños, el entusiasmo de los jóvenes, sus preguntas y sus peticiones; los sueños de los ancianos, su sabiduría y su memoria", reclamó el texto dado a conocer hoy.

Para los denominados "madres y padres sinodales", la Iglesia "necesita escuchar a las familias, sus preocupaciones educativas, el testimonio cristiano que ofrecen en el mundo de hoy".

La institución, sostuvieron, "necesita acoger las voces de aquellos que desean ser involucrados en ministerios laicales o en organismos participativos de discernimiento y de decisión".

Al mismo tiempo, plantearon que la Iglesia "necesita particularmente, para progresar en el discernimiento sinodal, recoger todavía más las palabras y la experiencia de los ministros ordenados: los sacerdotes, primeros colaboradores de los obispos, cuyo ministerio sacramental es indispensable en la vida de todo el cuerpo; los diáconos, que a través de su ministerio representan la preocupación de toda la Iglesia por el servicio a los más vulnerables".

"Se trata de escuchar a aquellos que no tienen derecho a la palabra en la sociedad o que se sienten excluidos, también de la Iglesia", plantea la carta dada a conocer este miércoles, que supone el primer texto de un Sínodo aprobado por el voto de mujeres.

De acuerdo al texto firmado por los participantes de la Asamblea Sinodal, los miembros del Sínodo pidieron "escuchar a las personas víctimas del racismo en todas sus formas, en particular en algunas regiones de los pueblos indígenas cuyas culturas han sido humilladas".

"Sobre todo, la Iglesia de nuestro tiempo tiene el deber de escuchar, con espíritu de conversión, a aquellos que han sido víctimas de abusos cometidos por miembros del cuerpo eclesial, y de comprometerse concretamente y estructuralmente para que eso no vuelva a suceder", agregaron.

La carta publicada fue votada con 348 miembros presentes, de los que 336 se pronunciaron a favor y solo 12 en contra, superando la mayoría calificada de 233 afirmativos para la aprobación.

El denominado "Sínodo sobre la Sinodalidad" convocado por el Papa para debatir el futuro de la Iglesia, finalizará su primera etapa el domingo, horas después de que el sábado se publique un documento de síntesis del trabajo de todo el mes que servirá a su vez de base para la segunda sesión de la Asamblea Sinodal, prevista para octubre de 2024 en el Vaticano.

La participación argentina

 Como miembros argentinos participan ocho representantes, entre ellos el prefecto del Dicasterio para la Congregación de la Doctrina de la Fe, el futuro cardenal Víctor Manuel Fernández y el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Oscar Ojea, quienes encabezan la lista que incluye además a los arzobispos de Mendoza, Marcelo Colombo, y de Bahía Blanca, Carlos Azpiroz Costa.

Los otros obispos que forman parte del encuentro son el obispo de La Rioja, Dante Braida, y el arzobispo de Córdoba, Ángel Rossi, quien el 30 de septiembre será designado formalmente cardenal. También estarán, como expertos, los reverendos Pedro Brassesco y Carlos Galli.

Más allá de la apertura de varios participantes a tratar temas como la apertura a parejas del mismo sexo y la posible ordenación sacerdotal de mujeres, un grupo de cinco cardenales conservadores publicó -al inicio de la asamblea- una carta en la que enfrentan al papa Francisco por los temas y orientaciones del sínodo.

La postura de los conservadores se dio como respuesta al denominado "Instrumentum laboris" sobre el que trabajaron todo el mes los miembros del Sínodo que incluye preguntas a los participantes sobre el celibato opcional, el acceso de la mujer al diaconado, la acogida de divorciados o el colectivo LGTBQ+ en la Iglesia, cambios profundos en la estructura institucional de la Iglesia, el papel del primado de Pedro, cómo aprender de otras comunidades cristianas e, incluso, la creación de un ministerio específico para el cuidado de los