escándalo

Elecciones en Italia: un funcionario de extrema derecha hizo el saludo fascista y causó un fuerte revuelo

Se trata de un dirigente del partido Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, favorita para convertirse en la primer mujer en acceder al poder.

Una fuerte polémica estalló en Italia a cuatro días de las elecciones después que se divulgara un video que muestra a un funcionario del partido ultraderechista Hermanos de Italia de Giorgia Meloni, favorita para convertirse en jefa de gobierno, haciendo el saludo fascista en un funeral en Milán, en el norte del país.

En las imágenes se ve a un grupo de personas de espaldas, entre ellos el asesor de seguridad de la región de Lombardia Romano La Russa, mientras realizan el “saludo romano”, relacionado con un ritual fascista.

El hecho sacudió durante la campaña electoral que entró en la recta final con vistas a las elecciones de este domingo.

Asociación de Partisanos denuncia a los participantes del funeral por “apología del fascismo”

El dirigente involucrado en el escándalo es hermano del exministro Ignacio La Russa, cofundador de Hermanos de Italia junto a Meloni.

El funcionario asistió el lunes a las exequias de Alberto Stabilini, exponente histórico de la extrema derecha de Milán. En el video se lo puede ver en el centro de un grupo de personas que hace en varias ocasiones el saludo fascista o romano, con el brazo derecha alzado, mientras se oye el grito “presente”.

La grabación, difundida en las redes sociales y recogida por los principales medios del país, generó una fuerte controversia a cuatro días de las elecciones, en las que Meloni es la gran favorita para la victoria, de acuerdo con todos los sondeos.

El presidente de la Asociación Nacional de Partisanos de Italia (ANPI) en Milán, Roberto Cenati, pidió a la Justicia que “identifique a los responsables y aplique las leyes por apología del fascismo”.

”Lo que ha sucedido, agravado por la presencia de un representante de las instituciones, es indignante hacia quienes lucharon contra el nazifascismo por la libertad de todos y contrasta abiertamente con los principios de la Constitución republicana’”, aseguró.

El líder regional del progresista Partido Demócrata (PD), Fabio Pizzul, también lo consideró “un asunto muy grave” y pidió a La Russa que se desvincule públicamente del caso. “De no ser así esperamos que el presidente (regional, Attilio) Fontana censure el gesto de su consejero, sin obligarnos a presentar una moción de censura contra La Russa”, dijo.

La ultraderecha italiana se desentiende del saludo fascista en la recta final de la campaña electoral

Fontana, que es miembro de la también ultraderechista Liga de Matteo Salvini, socio de Meloni en la coalición de derechas, respondió que no había recibido ninguna petición formal y dijo que valoraría la situación después de hablar con su consejero, aunque enfatizó que el saludo fascista es “un comportamiento que nada tiene que ver” con ellos.

El protagonista de la polémica aseguró en una entrevista al Corriere della sera que no se trató del saludo romano, sino de “un ritual militar”, como le había pedido el fallecido, “un viejo amigo”. Sin embargo, reconoció que fue un gesto “inoportuno” que sabía que iba a ser “instrumentalizado” electoralmente.

Stabilini fue miembro del Frente de la Juventud, la organización juvenil del extinto Movimiento Social Italiano (MSI), fundado por los últimos fascistas tras la II Guerra Mundial, y en la que también militó Meloni.

La coalición de derechas italiana condenó el fascismo

La extrema derecha italiana está muy cerca de llegar al poder en Italia. Giorgia Meloni es hoy la favorita para convertirse en la primera mujer en asumir la presidencia del consejo de ministros.

Su agrupación Hermanos de Italia, que fundó en 2012 junto a Ignacio La Russa, tomó para su nombre el primer verso del himno nacional (Fratelli d¨Italia). Hoy lidera todas las encuestas con alrededor del 24% de los votos. Pero no está sola. Forma parte de una coalición formada además por La Liga de Matteo Salvini y Forza Italia del expremier Silvio Berlusconi, considerado el más moderado de la alianza. Los tres partidos sumarían en conjunto más del 45% de los sufragios, lo que dejaría a la ultraderecha en las puertas de formar gobierno.

Meloni condenó en varias ocasiones el fascismo y descartó cualquier vuelco antidemocrático en Italia en caso de ganar los comicios, aunque mantiene como símbolo de su partido la denominada “llama tricolor”, emblema del MSI, algo muy criticado por sus adversarios políticos.

La dirigente es tildada de neofascista por sus detractores. Ella nunca se distanció en forma enfática de Benito Mussolini, de quien llegó a afirmar que era “una personalidad multifacética”. Sin embargo, en esta campaña electoral pidió a sus seguidores moderar sus declaraciones y evitar ante todo el “saludo romano”, pero su llamado cayó en saco roto.

Su partido lleva el lema “¡Primero Italia y los italianos!” al mejor estilo Donald Trump cuando levantó la bandera de “America First”. Meloni exige hoy más prestaciones familiares, menos burocracia europea, impuestos bajos y un freno a la inmigración. Además, impulsa renegociar los tratados de la UE y la pertenencia de Italia a la comunidad del euro.