Portugal
En qué consiste la receta económica que lo convirtió en un ejemplo de crecimiento en Europa
Pese a que es una pequeña economía, el país sigue teniendo una proyección internacional superior. Desde 2015, el Gobierno decidió no implementar una gran contracción fiscal.
Portugal tiene más de 10 millones de habitantes y se conviritó también en un ejemplo de cómo salir con éxito de la crisis económica iniciada en 2008, y ahora también del golpe económico que supuso la pandemia de coronavirus.
Es lo que Michael Moran denominó en un reciente artículo en Foreign Policy como "capitalismo de la sardina". La revista sobre política internacional define a Portugal como "un modelo de crecimiento para las pequeñas economías europeas".
Patrícia Lisa, investigadora del think tank Real Instituto Elcano, el "capitalismo de la sardina" tiene que ver con una apuesta muy fuerte en los valores de su marca país.
"No solo la sardina, sino también todo lo que está relacionado con el turismo, con la reconversión de su industria, del calzado, de los vinos, de la moda… y una fuerte apuesta por la llamada diplomacia económica, que conjuga la internacionalización de su economía", le dice a BBC Mundo.
De hecho, puntualiza la experta, su diplomacia es conocida por ser extremadamente interventiva. "Eso se ve en la forma en la que el país se consigue proyectar hacia el exterior, pese a que es una pequeña economía, sigue teniendo una proyección internacional superior a lo que equivaldrían sus indicadores duros de poder".
Ese es, según Lisa uno de los ejes estructurales que marcan a Portugal como país: su fuerte apuesta por la internacionalización, por girarse al exterior. Algo que históricamente se ha visto en su apuesta por el mar y la economía del mar, pero que ahora también lo hace por las nuevas tecnologías y la agenda de las energías renovables.
Claro que no siempre fue así y hubo años en los que Portugal tuvo que mirarse para adentro y ocupar los titulares por razones mucho menos optimistas.
"Lo que hizo el gobierno de centroizquierda a partir de 2015 fue no implementar una gran contracción fiscal", explica el economista António Afonso, profesor de la Lisbon School of Economics y ex economista principal del Banco Central Europeo.
"Empezaron a gastar un poco más, en términos de salarios por ejemplo, y eso tuvo un efecto multiplicador en la economía. Gastaron un poco más sin gastar demasiado, y entonces hay un incremento en el PIB, hay un incremento en los ingresos por impuestos".