REINVENTARSE
En Singapur transformaron aviones en restaurantes de lujo por la pandemia
Las cenas a bordo se hacen en el medio de la pista de aterrizaje. Los platos cuestan entre 50 y 600 dólares.
La crisis desatada por la pandemia de coronavirus en el sector de la industria aerocomercial generó que la aerolínea de bandera de Singapur transformara un avión en un restaurante de lujo y ofreciera cenas a bordo en medio de la pista de aterrizaje por el mismo precio de un billete de avión.
El lunes pasado en menos de media hora se agotaron los primeros 900 asientos ofrecidos por la empresa Singapore Airlines para las comidas del 24 y 25 de octubre, precisó el diario local Straits Times.
Hasta el momento, la propuesta tuvo un éxito “extraordinario”, informó hoy la aerolínea que pretende continuar con la experiencia y prevé ampliar la oferta a dos días más para el almuerzo y la cena, según información citada por la agencia de noticias AFP.
De este modo, los nostálgicos de los viajes aéreos pueden disfrutar de una comida dentro de un Airbus 380, el avión de pasajeros más grande del mundo, por precios que van entre los 53 y 642 dólares singapurenses (de 38 a 471 dólares estadounidenses).
El billete más caro ofrece una comida de cuatro platos en primera clase, mientras que el más barato ofrece un plato que se sirve en clase económica.
Ante la reducción del tráfico aéreo, como consecuencia de las restricciones impuestas por la mayoría de los países para mitigar la propagación de la Covid-19, varias empresas de Australia, Japón y Taiwán ofrecieron “vuelos a ninguna parte” que parten y aterrizan en el mismo aeropuerto para reponer sus finanzas.
Si bien esa propuesta fue considerada por la aerolínea de Singapur, finalmente decidió reemplazarla por propuestas comerciales que tienen menor impacto en el medio ambiente.
Para respetar el distanciamiento social, la mitad de los asientos permanecen vacíos, y para aquellos que prefieren “viajar” sin salir de su sala de estar, la empresa también entrega bandejas de comida a domicilio.
En medio de una crisis sin precedentes, las aerolíneas se vieron obligadas a reinventarse para mantener sus ingresos. En Australia, Qantas vendió en 10 minutos todas las plazas para un “vuelo a ninguna parte” que sobrevoló el 10 de octubre durante siete horas algunos de los principales atractivos turísticos de Australia, como respuesta a las restricciones impuestas en las rutas domésticas e internacionales.
Con muchas de las fronteras internas cerradas en el país oceánico, la compañía australiana ofrece este vuelo que parte y retorna a Sídney para sobrevolar el monolito rojo Uluru, las Islas Whitsundays y la Gran Barrera de Arrecifes.
El vuelo en un avión Boeing 787 Dreamliner, que se usa normalmente en las rutas internacionales, permite hacer un viaje sin necesidad de que el pasajero tenga que realizar la cuarentena de 14 días que se impone a las personas que residen en los llamados “focos de COVID” cuando viajan a otro estado.
Los billetes de este vuelo, que cuenta con el menú del famoso chef mediático australiano Neil Perry, se vendían entre 572 dólares (486 euros) y 2.754 dólares (2.341 euros) y se agotaron en 10 minutos. El vuelo es “probablemente en que más rápido se ha vendido en la historia de Qantas”, dijo una portavoz de la empresa.