Increíble

Fingió un secuestro para poder pasar tiempo con su amante y la multa que le impusieron es demoledora

Ahora debe compensar a la policía con 350 horas de servicio comunitario y un reembolso por el costo del operativo policial.

En muchas ocasiones, los casos de infidelidad son insólitos aunque poco de ellos terminan en una situación límite: esta vez, un hombre australiano fingió su secuestro frente a su novia para poder escaparse y pasar la fiesta de Año Nuevo con su amante.

A pesar de la sorprendente estrategia, fue descubierto por la policía y estuvo a punto de ir a la cárcel. En lugar de ello, ahora debe pagar un reembolso por el operativo de búsqueda y realizar 350 horas de servicio comunitario.

Paul Iera, de 36 años, quería pasar la víspera de Año Nuevo con su amante pero no sabía cómo “escaparse” de su novia. Por esta razón, se le ocurrió que fingir su propio secuestro era la excusa perfecta para desaparecerse una noche y no tener que responder preguntas incómodas.

Todo comenzó el 31 de diciembre del 2022, Paul abandonó la casa en la que convivía con su pareja a la medianoche para encontrarse con un presunto asistente financiero en Dapto, un suburbio en la ciudad de Wollongong, Australia.

Alrededor de una hora después, su novia recibió un mensaje que, según New York Post, decía lo siguiente: “Gracias por enviarnos a Paul. Lo mantendremos con nosotros hasta la mañana, cuando nos entregue su bicicleta y daremos por saldada la deuda”.

Lejos de tranquilizarla, ella acudió a la policía por temor a que los supuestos secuestradores lastimaran al hombre. Es así cómo los agentes se pusieron a investigar de inmediato con las imágenes de las cámaras de seguridad cercanas y el testimonio de los testigos que lo vieron por última vez.

Al día siguiente, Paul se comunicó con su padre y le contó que había sido secuestrado pero que ya lo habían liberado en Wollongong. Cuando la policía local llegó al lugar con un operativo especial, lo encontraron solo al interior de su camioneta. Según su testimonio, los hombres que se lo habían llevado eran “desconocidos de Medio Oriente”.

Dos semanas más tarde, la mentira llegó a su fin: los agentes policiales revisaron los videos de las cámaras de seguridad en donde se veía a Iera con su amante y en ningún momento se observó a los “secuestradores”. Además, se supo que la mujer fue quien le envió el mensaje de amenaza a su novia.

Luego de que se descubriera la verdad, el caso del hombre que fingió su propio secuestro para ser infiel recorrió los medios australianos y los del mundo. Estuvo a nada de ir a la cárcel y, además de hacer 350 horas de trabajo comunitario, debe pagar casi 10 mil dólares por el trabajo que realizaron las autoridades en encontrarlo.