Aguas residuales
Francia: mapean el Coronavirus con los resultados de alcantarillas y aguas residuales
Sabemos que el virus Covid-19 puede colonizar nuestro sistema digestivo, algunos pacientes presentan síntomas intestinales muy violentos. Al rastrear el virus en nuestras heces, podemos tener una pista de cómo está circulando. El objetivo de la red Obepine es cartografiar la progresión del virus en el territorio francés mediante el análisis de las aguas residuales.
El coronavirus entra por las vías respiratorias superiores, la nariz, la boca, pero luego pasa por el sistema digestivo: el esófago, el estómago, luego baja a los intestinos; y cuando vamos al baño, se excreta con las heces, luego sigue su viaje por las alcantarillas y sigue las tuberías hasta las depuradoras.
Por ello, se pensó que las aguas residuales podrían utilizarse como herramienta de vigilancia epidemiológica, y bajo el impulso del Comité Análisis Investigación y Peritaje Covid 19 (CARE), un consorcio de investigadores de varios laboratorios nació en abril de 2020 (provenientes entre otros de la Universidad de la Sorbona, de Lorena, el Centro Nacional para la Investigación Científica -CNRS- y el Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica -INSERM-). El consorcio ha puesto en marcha la red Obepine, el Observatorio Epidemiológico de las Aguas Residuales, una red en la que también participan empresas de tratamiento de aguas como Véolia y Suez, y siete laboratorios asociados.
Seguimiento del virus en las depuradoras
En Francia hay unas 22.000 plantas de tratamiento de aguas residuales y la red Obepine se ha centrado en 150 de ellas, elegidas en función de indicadores demográficos, geográficos y económicos, con el fin de representar el territorio nacional de forma homogénea.
Dos veces a la semana, se toma el agua de las plantas de tratamiento y se envían las muestras a los laboratorios de referencia, que buscan la presencia de genomas virales. En pocos días, los laboratorios devuelven un dato bruto, en términos de cantidad de genomas virales por litro de agua residual. Este dato bruto es analizado mediante algoritmos y luego se combina con datos de pluviometría, de caudalimetría (flujo de la planta) y datos fisicoquímicos, para construir un indicador de la circulación del virus en la planta de tratamiento de aguas residuales en cuestión. Se obtiene así, con algunos días de retraso, una idea del volumen de virus que ha pasado por la planta en las 24 horas durante las cuales se tomaron las muestras, y por tanto una imagen de lo que las personas tenían en su tubo digestivo casi 24 horas antes de que se tomaran las muestras.
Una cartografía precisa
Los virus detectados en las aguas residuales proceden de personas enfermas o portadoras asintomáticas -entre el 50 y el 60% de los casos. Cuando se toman medidas sanitarias como el confinamiento o el toque de queda actual, su impacto puede verse en la disminución de la señal en las aguas residuales. Las curvas presentadas en el sitio web de Obepine trazan el flujo y reflujo de la epidemia a lo largo del tiempo en el territorio francés, por ciudad y por región.
Pero los análisis también son cualitativos: los laboratorios son capaces de distinguir las diferentes variantes actuales del SARS-Cov-2, procedentes de Sudáfrica, Brasil y Gran Bretaña, que presentan particularidades.