EN MARSELLA

Francisco recordó a las "tantas personas que emigran" ante 50.000 personas

El Papa celebró una multitudinaria misa en un clima "futbolero" en el estadio Velódromo local, a la que asistió también el presidente francés.

El papa Francisco recordó este sábado desde Marsella a las "tantas personas que emigran", al celebrar una misa para 50.000 personas con la que cerró su visita de dos días a la ciudad del sur francés en un clima "futbolero" en el estadio Velódromo local, a la que asistió también el presidente francés Emmanuel Macron, y en la que dejó también mensajes contra la guerra en Ucrania, el "terrorismo" y por la "dignidad de los trabajadores".

Al pronunciar la homilía, Francisco destacó el valor de la "vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados", en línea con su pedido por más apertura a los migrantes que marcó sus cuatro discursos en Marsella.

Francisco destacó el valor de la "vida humana, que hoy es rechazada en tantas personas que emigran, así como en tantos niños no nacidos y en tantos ancianos abandonados".

Recibido con aplausos y cantos por las cerca de 50.000 personas que según el Vaticano llenaron el Velódromo, el pontífice giró en papamóvil mientras desde una de las tribunas los fieles desplegaban una bandera de varios metros de altura con su cara y parte del "skyline" marsellés, en un gesto que puso de evidencia la pasión por Francisco.

Luego, desde la misma tribuna se formó la palabra "Merci", en agradecimiento al Papa por su visita, en el que fue su viaje 44 como Pontífice fuera de Italia.

En su homilía, el Papa sostuvo: "Nuestras ciudades metropolitanas y los numerosos países europeos como Francia, donde conviven culturas y religiones diferentes, son en este sentido un gran desafío contra las exasperaciones del individualismo, contra los egoísmos y las cerrazones que producen soledades y sufrimientos".

En uno de los palcos del estadio, y pese a las críticas de sectores liberales de su país, Macron fue uno de los asistentes a la misa junto a su esposa Brigitte, sentados una fila detrás de la exdirectora del Fondo Monetario Internacional (FMI) y exministra de Finanzas de Francia, Christine Lagarde.

En la mañana del sábado, el Papa y el mandatario se reunieron a solas por media hora en el palacio Faro local.

Antes de entrar en el estadio, el Papa recorrió las calles de Marsella con 100.000 personas que salieron a saludarlo en la zona del Velódromo, de acuerdo a las autoridades.

Tras la misa, en una serie de saludos a las autoridades locales, el Papa recordó "a los hermanos y hermanas que han venido de Niza, acompañados por el obispo y el Alcalde, y que han sobrevivido al terrible atentado del 14 de julio de 2016", en referencia al ataque en el que fallecieron 86 personas atropelladas por un camión secuestrado por un integrista islamista en una avenida costera de la sureña ciudad gala.

"Recordemos en la oración a todos los que perdieron la vida en esa tragedia y en todos los actos terroristas perpetrados en Francia y en todas partes del mundo. Y no nos cansemos de rezar por la paz en las regiones asoladas por la guerra, especialmente por el martirizado pueblo de Ucrania", planteó.

Entre los saludos, el pontífice incluyó además a "las personas necesitadas y para todos los trabajadores de esta ciudad".

"¡Que la dignidad de los trabajadores sea respetada, promovida y protegida!", reclamó.

Francisco y Macron hablaron de la argentina, las guerras e inmigración

El papa Francisco se reunió en Marsella con el presidente francés, Emmanuel Macron, en un encuentro de media hora en el que hablaron de la Argentina, las guerras en Ucrania y Nagorno Karabaj, la situación de la migración a través del Mar Mediterráneo y el inminente proyecto para legalizar la eutanasia en el país europeo.

En lo que fue su cuarto encuentro bilateral desde la llegada al poder del político francés en 2017, el pontífice y Macron se reunieron en una sala del Palacio Faro, en donde el Papa dio hoy un discurso sobre migración en el Mediterráneo frente a obispos y jóvenes de la región.

"Los dos jefes de Estado hablaron de cuestiones internacionales y de las zonas de crisis actuales, como la situación en Ucrania, África y Nagorno Karabaj", indicó un comunicado del Eliseo brindado a los periodistas que acompañan al Papa en su viaje, entre ellos un enviado de Télam.

"También hablaron de Argentina, país de origen del Papa", destacó el Gobierno francés, sin dar más precisiones.

"Pudieron intercambiar puntos de vista sobre el medio ambiente y la inmigración, dos preocupaciones que comparten y que reúne la zona mediterránea", añadió el texto.

La reunión se dio mientras Macron se prepara para presentar un proyecto de ley para legalizar la eutanasia y el suicidio asistido, dos prácticas a las que el Vaticano se opone.

Según la prensa francesa, Macron pensaba presentar el proyecto la semana pasada, pero decidió posponerlo hasta que termine la visita de dos días que el Papa inició este viernes.

Antes de la reunión, de hecho, Francisco se preguntó durante su discurso "¿quién escucha los gemidos de los ancianos solos que, en lugar de ser valorados, son aparcados, con la perspectiva falsamente digna de una muerte dulce, pero que en realidad es más salada que las aguas del mar?", en una referencia implícita a la eutanasia.

Más allá de los encuentros en persona, Macron y el Papa tuvieron cinco diálogos telefónicos desde 2018, en los que trataron temas como el Acuerdo climático de París de 2015, el incendio de la catedral de Notre-Dame o el atentado contra la basílica de Niza.