VATICANO

Guerra entre Rusia y Ucrania: el Papa pidió a Putin por primera vez frenar los ataques

El pontífice cuestionó la incorporación de las cuatro regiones ucranianas, a la que consideró "contraria al derecho internacional".

Luego de que Rusia anexara cuatro regiones ucranianas, el papa Francisco pidió este domingo al presidente ruso, Vladimir Putin, que cese la "espiral de violencia y de muerte" en Ucrania. En la plegaria del Ángelus, en la plaza de San Pedro, el pontífice consideró que la incorporación de esos territorios es "contraria al derecho internacional".  

Francisco deploró además el riesgo de que Rusia, como ha advertido, use armas nucleares para defender los territorios de Ucrania que se anexó

"Mi llamado se dirige sobre todo al presidente de la Federación Rusa, suplicándole detener, también por amor a su pueblo, esta espiral de violencia y de muerte", expresó Francisco, dirigiéndose por primera vez en público a Putin, aunque sin citar su nombre.

El pontífice sustituyó la catequesis del Ángelus con esta reflexión en la que llamó al mundo a recurrir a "instrumentos diplomáticos" para frenar este "grave, devastador y amenazador" conflicto. Asimismo, animó al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, a "estar abierto a serias propuestas de paz".

Francisco, asomado a la ventana del Palacio Apostólico, confesó el "profundo dolor" que le causan "los ríos de sangre y lágrimas versados estos meses", "las miles de víctimas, en particular de niños" y "las tantas destrucciones que han dejado sin casa a muchas personas y familias y amenazan con el frío y el hambre a vastos territorios".

"¿Y qué decir del hecho que la humanidad se encuentre nuevamente delante de la amenaza atómica? Es absurdo. ¿Qué más debe suceder? ¿Cuánta sangre debe aún correr para que comprendamos que la guerra no es nunca la solución, sino solo destrucción?", cuestionó.

El Papa exigió que se llegue "inmediatamente a un alto el fuego", que "que callen las armas y se busquen las condiciones para empezar negociaciones capaces de llevar a soluciones no impuestas con la fuerza, sino concordadas, justas y estables".

Estas, indicó, "deberán ser fundadas en el respeto del sacrosanto valor de la vida humana, de la soberanía y la integridad territorial de todo país, así como en los derechos de las minorías y sus legítimas preocupaciones".

Asimismo, deploró vivamente "la grave situación creada en los últimos días con nuevas acciones contrarias a los principios del derecho internacional". Estas acciones, a su parecer, "aumentan el riesgo de una escalada nuclear hasta hacer temer consecuencias incontrolables y catastróficas a nivel mundial".