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Hallaron la tumba humana más antigua de África
La investigación confirmó también que las poblaciones de la Edad de Piedra Media comenzaban a tener ritos funerarios.
Un grupo de científicos hayó en Kenia la tumba de un niño de tres años que vivió hace 78.000 años, considerado el primer entierro de un ser humano en África. Las excavaciones revelaron que el cuerpo fue enterrado deliberadamente en un pequeño pozo con una especie de almohada y envuelto en una mortaja.
La investigación, liderada por el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) apunta que el entierro no solo es el más antiguo, sino que además es la confirmación de que las poblaciones de la Edad de Piedra Media comenzaban a tener ritos funerarios.
En 2013 se encontraron los primeros fragmentos de hueso, pero no sería hasta la excavación de 2017 cuando la cavidad en la que se hallaba el cuerpo quedó completamente expuesta.
Dada la fragilidad de los huesos que contenía, la tierra se extrajo en bloque para estudiarla con distintas técnicas.
El bloque en cuestión se excavó de forma manual y virtual, combinando la microtomografía, una técnica basada en rayos X que permite analizar el interior de un bloque sin manipular el fósil original, con estudios granulométricos y geoquímicos sobre la composición del suelo y los procesos que albergó.
Primero, los restos fueron enviados al Museo Nacional de Nairobi para luego ser trasladados a los laboratorios del CENIEH en Burgos, España.
El análisis preliminar en Nairobi reveló una columna vertebral bien conservada, así como también dos dientes.
Más tarde, las radiografías de alta resolución y las tomografías computarizadas revelaron una docena de dientes más, así como otros huesos, incluida una caja torácica conservada.
La forma en que estaban distribuidos los huesos fue consistente con la descomposición del cuerpo en el pozo, lo que indica que probablemente el cuerpo no se había movido desde que fue enterrado por primera vez.
Apodado Mtoto, que significa niño en swahili, tiene características físicas similares a las del Homo sapiens moderno, pero conserva algunas características arcaicas que revelan sus estrechos vínculos genéticos con ancestros africanos lejanos.