Nuevo Orden Mundial

Histórica primera cumbre entre China y los Estados del Golfo

Hoy se celebró la primera cumbre histórica entre China y los países del Golfo Pérsico, lo que demuestra el ascenso y rápido avance de China en la región, así como la intención de los países del Golfo, por consolidar un nuevo socio estratégico y comercial.

La zona del golfo pérsico estuvo, en buena parte de su historia más reciente, influenciada por Estados Unidos y la alianza monetaria de los petrodólares. Sin embargo, la gran expansión económica de China, y el creciente peso que tiene en Asia, está llevando a qué los países de Golfo se planteen consolidar una nueva alianza con el gigante asiático. Si bien China tiene relaciones oficiales con la mayoría de estos Estados desde hace 40 y hasta 50 años, está es recién la primer cumbre donde China se puede sentar, cara a cara, a hablar de negocios y geopolítica con todos los países del golfo en simultáneo.

La similitud con África

Está reunión, termina siendo muy parecida a la reunión del 2018, cuando Xi Jinping visitó África y se reunió con todos los mandatarios de ese continente para consolidar la cooperación económica entre China y África. La cumbre de Riad, entre China y los Estados del Golfo, nos muestra un acercamiento, decidido, entre China y los países árabes de esa zona; que apunta a consolidar mercados y proveedores nuevos para las partes, así como consolidar pagos en otras monedas.

El Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi abogó por la conformación de una plataforma de diálogo multilateral con los países de Golfo Pérsico que tuvo buena recepción entre las partes involucradas. Lo hizo en el marco de una Sesión Ministerial del Consejo de Seguridad de la ONU. Durante una sesión ministerial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, abogó por la conformación de una plataforma de diálogo multilateral con los países de Golfo Pérsico.

La reunión fue convocada por el canciller ruso Serguéi Lavrov, que actualmente ocupa la presidencia pro-tempore del Consejo de Seguridad y, además del canciller chino, participaron los Ministros de Relaciones Exteriores de Nigeria, Sudáfrica y Vietnam, además de los cancilleres de los países del Golfo. Estados Unidos, Alemania, Francia, Bélgica y Reino Unido, por su parte, solo enviaron diplomáticos de segundo nivel.

La plataforma, señaló el embajador chino, deberá ser equitativa y abierta, y todas las partes deben seguir los principios de respeto mutuo, dialogo compartido y abordar las preocupaciones mediante consultas en pie de igualdad.

Wang Xi afirmó que las tensiones crecientes en la región del Golfo amenazan gravemente la paz y la seguridad regionales y mundiales, e instó a la comunidad internacional a buscar una paz sustentada en la sinceridad y buena voluntad.

En este sentido, caben destacar las crecientes tensiones entre Arabia Saudita e Irán, dos potencias regionales que pugnan por la hegemonía en la región, y que han sido parte de otros conflictos regionales que exceden la región del Golfo, como la guerra civil en Yemen, las recientes manifestaciones en el Líbano, las situaciones de conflicto en Siria e Irak y la avanzada israelí sobre territorios palestinos.

La propuesta realizada por Wang Xi se estructuró en base a tres principios: 1) construir un estado de derecho para garantizar la paz en la región del Golfo, 2) defender la buena vecindad para garantizar la estabilidad regional y 3) defender la equidad y la justicia como pilares básicos de la estabilidad regional.

El importante mensaje de XI

Wang Xi señaló que los países del Golfo son “buenos amigos y socios de China”. Cabe destacar que la zona del Golfo en particular, y el Medio Oriente en general, es una zona estratégica para China por varias razones. En primer lugar, por sus reservas de recursos estratégicos, principalmente petróleo y gas, que China necesita para su producción industrial. Por otro lado, porque la zona del Golfo es un paso estratégico de gran parte del comercio marítimo chino, por lo que si se extiende la situación de inestabilidad, podría ser peligroso para las importaciones de recursos esenciales. Y, finalmente, porque para la política de conformación de alianzas globales y de dialogo de civilizaciones impulsada por el presidente Xi Jinping, reforzar los lazos de amistad y cooperación tanto con Irán (una civilización, al igual que China, milenaria y con mucha influencia sobre la región), los países árabes y los creyentes musulmanes es un factor clave para la proyección de la multipolaridad a nivel mundial.

En este marco, recientemente, el gobierno chino firmó un acuerdo de cooperación estratégica con Irán por 25 años, donde China se compromete a invertir más de 400 millones de dólares en infraestructura en Irán a cambio de que el país persa garantice el suministro de petróleo con importantes rebajas.

A su vez, desde 2004 funciona el Foro de Cooperación China-Estados Arabes (FCCEA), un acuerdo entre el gigante asiático y los 22 países que conforman la Liga Árabe, que el julio pasado celebró su 9° reunión ministerial.

La propuesta fue avalada por el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien remarcó la importancia de “establecer una nueva arquitectura de seguridad regional para abordar las preocupaciones legítimas de todos los interesados”.