ATAQUE

Irán evalua los riesgos de sumarse a la guerra con Israel y hay temor por la regionalización del conflicto

La brutal agresión de Hamas abrió un escenario bélico que amenaza extenderse en varios frentes. El rol de las milicias proiraníes del Líbano y Siria y las amenazas de los hutíes de Yemen.

Medio Oriente es hoy un polvorín a cielo abierto. Hamas encendió la mecha con su brutal ataque del sábado contra el sur de Israel. El reguero de pólvora está a punto de hacer estallar un conflicto en varios frentes. Mientras Israel ultima detalles de su ofensiva terrestre sobre Gaza, el peligro de una “regionalización” de la guerra está más latente que nunca.

“Yo diría que las posibilidades están en 50 y 50″, dijo el analista Said Chayad, director del Núcleo de Medio Oriente de la Escuela de Gobierno de la Universidad Austral.

Ya no se trata, como otras veces, de un conflicto más “doméstico” entre Israel y Gaza. Hoy, llueven sobre territorio israelí disparos desde el sur del Líbano, con la marca del Hezbolah; desde Siria, con los fusiles de las milicias proiraníes apuntados a las Alturas del Golán, bajo control de Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967, y desde Cisjordania, el otro enclave palestino donde la violencia viene creciendo cada día. En tanto, los bombardeos sobre Gaza no se detienen.

Qué está pasando en los distintos puntos fronterizos de Israel

El brutal ataque de Hamas del sábado cambió para siempre el escenario regional. Más de un millar de civiles israelíes fueron masacrados, muchos de ellos bebés. Familias enteras fueron secuestradas y enviadas a Gaza. La respuesta israelí fue devastadora: los ataques aéreos sobre la Franja ya causaron cientos de víctimas civiles, también en este caso de numerosos niños. De ahora en más, el conflicto solo puede agravarse.

Las milicias chiítas del Hezboláh, financiadas por Irán y autoras materiales del atentado a la AMIA, mantienen la presión desde la frontera sur del Líbano. En los últimos días lanzaron disparos y misiles hacia el norte de Israel. Allí, las sirenas suenan en forma insistente ante la amenaza de incursiones de milicianos infiltrados. El ejército israelí respondió el ataque con artillería y bombardeos aéreos. Los muertos se cuentan en ambos bandos.

En ese escenario, Estados Unidos hizo una demostración de fuerza para respaldar a Israel. Movilizó al grupo de ataque del Portaviones USS Gerald Ford hacia el Mediterráneo, cerca del Líbano. El portaaviones viaja acompañado por destructores de misiles guiados como el USS Normandy y cruceros de misiles guiados, como el Thomas Hudner, USS Ramage, USS Carney y USS Roosevelt.

Pero los ataques vienen también desde Siria. Los puestos militares del ejército israelí en las Alturas del Golán, una colina desde donde se domina el territorio sirio, estuvo bajo fuego esporádico de las milicias proiraníes sirias.

“Un ataque a gran escala de Israel a objetivos en Siria o Líbano podría implicar el involucramiento de Irán, que está directamente alineado con esas milicias y es el sustento del Hezboláh. Además, es un aliado muy cercano al gobierno sirio de Bashar al Assad”, afirmó Chayad. Teherán es también el principal aliado de Hamas en la región.

Todos los caminos de las milicias chiítas que Israel tilda de “terroristas” conducen a Irán. El martes aviones de combate sin identificar bombardearon un convoy y varias posiciones de las milicias proiraníes aliadas de Damasco en la provincia de Deir al Zur, en el este de Siria. Obviamente Israel no se atribuyó el ataque, pero nadie duda de que detrás está la marca de la fuerza aérea israelí.

“Es una situación crítica. Si se mete Irán, esto va a detonar el acuerdo que suscribió en marzo con Arabia Saudita” que normalizó las relaciones bilaterales entre ambas potencias regionales rivales.

Irán, de mayoría chiíta, y Arabia Saudita, sunnita, se miran de reojo. El reino saudita es el principal aliado de Estados Unidos en el área y se ha acercado a Israel en los últimos tiempos en un intento por limpiar su imagen de violador de derechos humanos con la ayuda de millonarias inversiones en el fútbol y el deporte en general. El ataque de Hamas habría buscado dinamitar ese acercamiento con la complicidad de Teherán, principal enemigo de Washington en el área.

Para Chayad, si se dinamita el acuerdo saudita-iraní “va a surgir un nuevo escenario regional”.

Pero la amenaza para Israel no solo viene de los países vecinos. Los hutíes de Yemen, también respaldados por Irán y enemigos de Arabia Saudita, amenazaron con unirse a la guerra. Su líder, Abdel-Malek al-Houthi, dijo el martes que si Estados Unidos interviene directamente en el conflicto de Gaza, el grupo responderá “disparando drones y misiles, y tomará otras opciones militares”. Los hutíes también afirmaron que “hay líneas rojas cuando se trata de Gaza”.

También las advertencias llegan desde el más alejado Irak. Las facciones chiítas proiraníes se sumaron a las amenazas contra Israel. Hadi al-Amiri, de la organización Badr, dijo que sus fuerzas intervendrán si Estados Unidos se mete en el conflicto. “Si ellos intervienen, nosotros intervendríamos. Si los estadounidenses intervinieran abiertamente en este conflicto, consideraremos legítimos todos los objetivos estadounidenses y no dudaremos en atacarlos”, advirtió.

Irán analiza los eventuales escenarios de la guerra

En su diálogo, Chayad dijo que el peligro de una guerra regional quedaría disipado si no hay “un frente unificado” entre las milicias proiraníes y Hamas. “Todo quedaría entonces como un capítulo más en esta disputa”, apuntó,

Ahora, habrá que ver cómo reacciona Irán. “A Teherán no le conviene involucrarse en este momento en un conflicto a gran escala. La situación actual le conviene porque está viendo cómo se debilita su enemigo histórico. Sin embargo, no tiene las condiciones domésticas y externas para involucrarse en forma directa”, opinó.

Según el analista, “no es negocio para Irán, en un contexto doméstico muy complicado, involucrarse en este conflicto”. ¿El motivo? “Sufre una crisis económica y tiene un presidente (Ebrahim Raisi) carente de carisma. Además, tiene la necesidad de negociar y avanzar en las negociaciones con Estados Unidos y la Unión Europea para levantar las sanciones económicas” que pesan sobre el país.

Pero eso no es todo. También necesita conservar el acuerdo con Arabia Saudita para mantener la estabilidad regional.

Chayad cree que Irán no entrará a jugar un papel directo en una eventual guerra regional. “Cuando surgió el rumor de que la Guardia Revolucionaria había colaborado con Hamas en el ataque contra Israel, el canciller (Hossein Amir-Abdollahian) y el líder supremo (Alí Jamenei) se apresuraron a aclarar que no tenían nada que ver con la ofensiva, aunque celebraron la acción. Y como si esto fuera poco, al día siguiente salió un portavoz de Hamas a corroborar la posición iraní”.

“Estos son las señales que nos permiten ver que Irán no quiere meterse en el conflicto”, concluyó.