BRASIL
Juicio político a Jair Bolsonaro por no vacunar
Tras el desgaste que sufre el gobiero de Bolsonaro, deberá afrontar un juicio político por su mal actuar respecto a las vacunas contra el coronavirus.
En medio del contexto actual, Bolsonaro reafirmó su negacionismo, predicando contra la vacuna, diciendo que no la tomaría, volviendo a variaciones sin ninguna base científica como supuesto tratamiento preventivo e incluso apelando a algunos de los más absurdos de sus mentiras, cómo decir que el aislamiento mataría más que la pandemia, por la depresión, los suicidios y los efectos de la recesión económica.
Pero el entusiasmo que despertaron las vacunas ahora recaen duramente sobre el mandatario, quien ahora surge como el principal responsable de la frustración de la posibilidad de avanzar en la vacunación en el país que tenía el mejor sistema de vacunación del mundo y que él contribuyó a desmantelar, a lo que hay que sumar que el gobierno federal no está comprando vacunas debido al rechazo de las ofertas de compra que llegaron hace muchos meses. Por estas razones, el índice de apoyo que muestran las encuestas, cayó del 38 al 32 por ciento, mientras que el rechazo subió del 35 al 40.
Asustado por el desgaste, Bolsonaro trató de superarlo, en parte, apostando por comprar vacunas a la India, intentando presionar al propio primer ministro del país, pero la operación del vuelo para traer dos millones de vacunas ha fracasado rotundamente.
El efecto de estas medidas ya se está empezando a notar. Han vuelto las cacerolas, igual que el clima favorable al juicio político. Difícilmente sus aliados más cercanos, como el centrao y el propio ejército, saldrán indemnes de este clima; de hecho, ya están sufriendo las consecuencias de apoyar y participar en un gobierno vinculado a la necrofilia.
La frustración con las vacunas es el mecanismo que alimenta el clima favorable al juicio político. Incluso el centrao, aliado fundamental de Bolsonaro en el Congreso, está empezando a hablar de impeachment como consecuencia del espectacular fracaso del gobierno en la batalla por las vacunas. El año 2021 puede ser fatal para Bolsonaro y bienvenido para la democracia brasileña.