Pandemia

La OMS pronostica cuándo se aprobará la vacuna contra la Covid-19

El elemento clave de esta carrera científica mundial radica, precisamente, en la reacción que tendrán las grandes potencias cuando las vacunas sean aprobadas.

El avance del paradigma de la ciencia parece no tener límites. Ahora con la gran diferencia de que el objetivo y la mayor prioridad mundial no es el desarrollo, sino la contención de evento-ciclo biológico que trastocó el sistema de vida de la humanidad con secuelas que durarán más que la misma pandemia de coronavirus. La agenda global ya no se enfoca en la reducción del calentamiento del planeta o la contención de las olas migratorias que han creado crisis humanitarias en muchos lugares del mundo. Ahora la logística financiera, diplomática y científica internacional se centran en hallar una vacuna contra la Covid-19, pues hay que ponerle freno a una crisis humanitaria que llega a los casi 200 países que existen. 

 
Y es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que está “gratamente sorprendida” con la evolución que está teniendo el desarrollo de vacunas contra la COVID-19. “Es muy alentador ver el progreso en los ensayos clínicos que se están llevando a cabo en todo el mundo”, expresó este lunes en una rueda de prensa la doctora Soumya Swaminathan, directora general adjunta de programas de la OMS.

 Esto implica que la autoridad sanitaria global mantiene una posición diplomática muy amplia basada en aceptar los avances y progresos científicos a nivel internacional con el objetivo de mantener surtido y con grandes inventarios el Fondo COVAX, un sistema de distribución con el que la OMS suministrará las vacunas a los países pobres y subdesarrollados comprándolas a las naciones productoras, como Estados Unidos, Reino Unido, Rusia y China.

Con respecto a un posible cronograma para la comercialización de la vacuna, Swaminathan vaticinó que la fecha más temprana para que esta salga al mercado para presentarla a los reguladores “es a partir de diciembre de 2020, hasta principios de 2021”. Es decir, una vez que el antiviral sea verificado como un potente generador seguro y eficaz de anticuerpos, entonces la OMS deberá aprobar las dos o tres mejores vacunas (posiblemente las de EE UU, Reino Unido y/o Rusia) para que luego sea revisada por los grandes reguladores, tanto la OMS como la FDA en EE UU, la Alianza Internacional de Vacunas (GAVI), entre otros. 

“Será en ese momento cuando se espera que los ensayos de algunas farmacéuticas comiencen a proporcionar datos para que los reguladores los examinen. Sin embargo, después de eso, los reguladores deberían revisar los datos antes de tomar sus decisiones”, explicó. 

En este punto, las vacunas serán sometidas a pruebas experimentales finales con análisis moleculares para luego dar la aprobación definitiva a las candidatas, que una vez avaladas, entrarán en el mercado con el certificado sanitario correspondiente según las leyes de cada país y el respaldo internacional de la OMS. 

“Estos serán muchos datos, y también para la OMS. Por lo tanto, la luz verde para comercializarla podría demorarse hasta finales del primer trimestre”, dijo. 

El elemento clave de esta carrera científica mundial radica, precisamente, en la reacción que tendrán las grandes potencias cuando esas vacunas sean aprobadas, así como también cuál será la relación de Estados Unidos con la OMS toda vez que Washington se retiró del organismo y prevé recibir la aprobación de la vacuna desarrolladas por la farmacéutica Moderna, aunque el Gobierno de Donald Trump podría decidir, en caso de ser reelecto, comercializar el antiviral al margen del Fondo COVAX y de todo el programa sanitario-humanitario de inmunización global de la OMS, es decir, la primera potencia mundial actuaría de forma unilateral sin ningún tipo de aval sanitario. 

Es ahí cuando los rivales de EE UU en esta carrera geopolítico bajo el nuevo paradigma de la diplomacia sanitaria; Reino Unido y Rusia, podrían entrar en el juego para formar una alianza y coordinar con la OMS y China una plataforma de inmunización sin naturaleza comercial que desplace las intenciones de Washington de obtener rentabilidad de la vacuna y capitalizar económicamente un proceso que busca detener la actual emergencia humanitaria mundial, lo cual posicionaría a Londres, Moscú y Pekín como una eventual triada de potencias no hostiles en contraposición a EE UU.

La OMS expresó recientemente en un comunicado que está “abierta a analizar los resultados de cualquier investigación del mundo que haya alcanzado al menos la segunda fase de los ensayos”. “Esperamos que esto ayude a avanzar el proceso para analizar la eficacia y también para anticipar la capacidad de producción”, ha señalado la jefa de acceso a medicamentos de la OMS, Mariângela Simao.

Por lo tanto, la influencia de Reino Unido y Rusia, junto con EE UU si este decide dejar de politizar la crisis sanitaria en favor de sus intereses geopolíticos, ayudaría a crear una oferta global de vacunas que pueda cubrir al menos unas 7.000 millones de dosis para que el 90% de la población mundial reciba la cantidad inmunitaria que ayude a frenar la expansión de la Covid-19 y todas sus cadenas de transmisión en los grandes centros urbanos de los países desarrollados, donde el desbloqueo de actividad económica-social generó la llamada segunda ola de la pandemia. 

La doctora Simao explicó que “la vacuna desarrollada tendría que tener licencia en el país donde se llevó a cabo el ensayo”. “También tenemos la capacidad de fabricación que necesitará estar disponible para ser utilizada a nivel de país. Se deben tomar muchas, muchas medidas después de que finalice realmente su prueba de Fase 3. Se debe dejar claro que la OMS trabaja estrechamente con las autoridades reguladoras nacionales”, detalló.

Si bien el enfoque de esta crisis mundial debe ser científico, las grandes potencias que financian a la comunidad científica internacional manejan una agenda geopolítica a largo plazo que creará un nuevo orden global basado en las relaciones, los acuerdos económicos, tecnológicos y diplomáticos que se pactaron entre los países que desarrollaron la vacuna y los que curaron a sus poblaciones de la pandemia tras haber recibido la panacea de esos actores de poder. Así van las cosas en este mundo postmoderno.