Cerca de 2000 muertos
Líbano: Israel y Hezbolá profundizan sus combates
El ejército israelí insistió en que responderá el ataque de misiles de Irán, mientras que Teherán advirtió que no quiere la interferencia de otros países en el conflicto.
Los combates entre las fuerzas de la milicia chiíta libanesa Hezbolá y el Ejército de Israel se profundizaron este miércoles en la zona fronteriza con la admisión de ocho bajas en el lado israelí y casi 2.000 muertos en el Líbano, mientras la tensión sigue latente en la región tras el ataque con misiles de Irán contra territorio israelí el día anterior.
El Ejército libanés informó en un comunicado que tropas israelíes ingresaron unos 400 metros en territorio libanés, en las zonas de Harba Yaron y Bawaba al Eddessa, tras cruzar la frontera entre ambos países, y se retiraron después de un breve periodo de tiempo.
Por su parte, Hezbolá aseguró que se estaba enfrentando a soldados israelíes que se infiltraron en la localidad de Maron al Ras, pegada a la divisoria común. "La resistencia islámica está involucrada en enfrentamientos con los soldados del enemigo israelí infiltrados en la localidad de Maron al Ras desde el este y le inflingieron varias pérdidas", dijo la formación armada en un comunicado, mientras que unas horas antes había anunciado que repelió la entrada de una fuerza de infantería israelí que trataba de entrar a la localidad fronteriza de Oddaisseh.
El grupo chiíta también reivindicó más de una decena de ataques con cohetes, misiles o artillería lanzados contra posiciones y congregaciones de soldados en diferentes puntos del norte de Israel, así como zonas al norte de la ciudad de Haifa. Entre ellos, estuvo un lanzamiento perpetrado contra un grupo que se encontraban en la localidad fronteriza de Shtula y que fueron alcanzadas con dos misiles de alto calibre tipo Burkan, con capacidad para portar ojivas de hasta media tonelada, según información previa de Hezbolá.
El Ejército israelí anunció el lunes el inicio de una serie de incursiones terrestres limitadas, localizadas y selectivas contra objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano, si bien se desconoce todavía su alcance real y el nivel de potenciales confrontaciones directas. La ofensiva terrestre se produce después de diez días de intensos bombardeos aéreos contra el sur y el este del Líbano, y los suburbios meridionales de Beirut, los principales bastiones de Hezbolá en el país.
Número de muertos
De acuerdo con un informe de la Presidencia del Consejo de Ministros libanés, al menos 1.928 personas murieron y otras 8.704 resultaron heridas, principalmente en el sur del Líbano, a causa de los ataques israelíes desde el inicio de las hostilidades entre Israel y Hezbolá hace casi un año. La mayoría de estas víctimas se produjo en las últimas dos semanas, tras el comienzo de la campaña masiva de bombardeos israelíes.
Por su parte, Israel reconoció la muerte de al menos ocho soldados. Poco después de anunciar su primer muerto en territorio libanés desde la guerra de 2006, identificado como el soldado Eitan Itzhak Oster, un nuevo comunicado castrense recogió los nombres de otros siete fallecidos en combate: los capitanes Harel Etinger e Itai Ariel Giat, ambos de 23 años; los sargentos de primera clase Noam Barzilay, de 22 años, y Or Mantzur y Nazar Itkin, de 21; y los sargentos Ido Broyer y Almken Terefe, también de 21.
Según el diario The Times of Israel, Ettinger, Giat, Barzilai, Mantzur, Itkin y Oster murieron en combates de corta distancia contra los milicianos de Hezbolá en una localidad del sur del Líbano, mientras que otros cuatro soldados resultaron heridos.
El otro incidente, sobre el que las fuerzas armadas no dieron más detalles, acabó con la vida de Terefe y Broyer e hirió a un soldado de la brigada Golani, de élite de infantería, de la cual otro uniformado resultó herido en un cuarto incidente. "Dios salve su sangre. Que su memoria sea bendita", expresó el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu en un comunicado difundido por su oficina.
Los desplazados
Otra cuestión a mencionar del fuego cruzado es que la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) aseguró en un informe que alrededor de 128.000 personas cruzaron a Siria desde el Líbano desde el inicio de la campaña israelí contra el país mediterráneo de los últimos días. El 70% de ese total son sirios, mientras que el resto son libaneses.
Esta afluencia masiva coincide con la decisión de las autoridades libanesas de facilitar la salida de ciudadanos sirios y refugiados palestinos originarios de Siria pero que habían permanecido en Líbano, independientemente de la forma en que entraron en el Líbano, así como la exención durante una semana del pago de 100 dólares exigido a cada sirio para su entrada al país.
Muchos de los sirios que se encuentran en el Líbano habían huido de su país en guerra por varios motivos, entre los que destacan escapar del servicio militar entre los varones o huir de la represión que continúa, de un gobierno que aplastó las protestas populares que surgieron en 2011 para derrocar al presidente sirio, Bachar al Asad.
Tensión con Irán
Además de Gaza y Líbano, Israel tiene los ojos puestos en Irán. El jefe del Estado Mayor del Ejército, Herzi Halevi, aseguró que Israel tiene la capacidad para alcanzar y golpear cualquier punto de Medio Oriente. En ese sentido, insistió en que Israel pretende responder al ataque masivo iraní, durante el que 180 misiles balísticos se dirigieron al territorio nacional e hicieron saltar todas las alarmas, lo que obligó a millones de personas a esconderse en refugios antiaéreos. "Sabemos localizar objetivos importantes, sabemos atacar con precisión y fuerza", remarcó.
Las declaraciones de Halevi se produjeron en la base aérea de Tel Nof, próxima a uno de los puntos donde se registraron explosiones durante el ataque iraní. El jefe del Estado Mayor del Ejército señaló que la instalación continúa funcionando y que no dejó de hacerlo en ningún momento.
Junto a esta base, otro de los puntos en los que se presume que impactaron algunos de los misiles iraníes fue la base de Nevatim, en el sureño desierto del Negev, si bien las fuerzas armadas no dieron detalles al respecto. "No se produjo ningún daño que nos impida operar o limite nuestra capacidad de atacar a los enemigos", dijo durante una sesión informativa del Ejército el que fuera su portavoz, Peter Lerner.
Persona "non grata"
Por su parte, el ministro de Exteriores israelí, Israel Katz, anunció que Israel decidió declarar persona "non grata" al secretario general de la ONU, António Guterres, y prohibir su entrada en el país, ya que considera que no condenó de forma clara el ataque iraní. "Quien no puede condenar de forma inequívoca el atroz ataque de Irán contra Israel no merece poner un pie en suelo israelí. Se trata de un secretario general antiisraelí que presta apoyo a terroristas, violadores y asesinos", señaló en un comunicado.
Minutos después del fin de ataque iraní, Guterres había condenado en sus redes sociales el crecimiento del conflicto en Medio Oriente y reiteró la necesidad de un alto el fuego, aunque sin mencionar de forma directa a Irán.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, indicó: "Vemos ese anuncio como una declaración política del primer ministro (de Israel), y además un ataque más contra el personal de la ONU de parte del Gobierno de Israel". Y añadió: "No tiene efectos legales, continuamos nuestros contactos con Israel a niveles operativos y otros, porque tenemos que hacerlo".
Celebraciones y advertencias iraníes
Mientras tanto, miles de iraníes se congregaron nuevamente en las calles de Teherán para celebrar el ataque con misiles de su país contra Israel, con gritos de “muerte a Israel” y “muerte a Estados Unidos”.
Irán considerará como enemigo a aquellos que cedan su espacio aéreo a Israel para una posible represalia tras su ataque, advirtió el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Seyed Abbas Araghchi, a los países de la región. También pidió ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que la comunidad internacional no siga permaneciendo en silencio ante la ofensiva israelí ya que, aseguró, es el momento de actuar con decisión.
También habló el líder supremo, Ali Jameneí, en un encuentro con estudiantes en Teherán, en el que culpó a Estados Unidos y a países europeos de las tensiones en Medio Oriente. “La base de los problemas de la región es la presencia de actores como Estados Unidos y algunos países europeos que claman falsamente por la paz y tranquilidad”, dijo Jameneí.