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Los hipopótamos de Pablo escobar tiene a Colombia en vilo

Fue el afamado narcotraficante el que introdujo los primeros ejemplares. Tras su muerte, escaparon de su finca y se reprodujeron sin control. Las estrategias que se barajan como solución al problema.

En la actualidad, Colombia cuenta con una amenaza para su ecosistema: la presencia de hipopótamos, una especie invasora que creció gracias al conocido narcotraficante Pablo Escobar. Según un artículo en la revista Nature, los animales descienden de tres hembras y un macho importados ilegalmente por el líder del cartel. Luego de su muerte en 1993, los hipopótamos escaparon de su finca y se establecieron en el Río Magdalena. Sin los depredadores naturales, estos herbívoros gigantes se reprodujeron sin control y, según pudo constatar la Agencia de noticias científicas de la UNQ, formaron la mayor población de animales fuera del continente africano.

De acuerdo al último censo, la población de hipopótamos invasores es mayor a la que los investigadores predijeron. Según la tasa de reproducción, los científicos suponían que había alrededor de noventa y ocho animales; sin embargo, los últimos resultados revelan un alarmante número de alrededor de doscientos. En el presente, son considerados como la especie invasora más grande del mundo y amenazan plantas y animales nativos del país.

Gigantes pero escurridizos

El Ministerio de Medio Ambiente de Colombia encaró el desafío del censo ya que contarlos no es fácil. Si bien son grandes, saben esconderse: son nocturnos, se sumergen en el agua durante gran parte del día y son capaces de recorrer grandes distancias. El equipo de censitas, investigadores de la Universidad Nacional de Colombia y del Instituto Humboldt y Cornare (un organismo ambiental), realizó varios viajes para contar animales. Incluso, en lugares donde no se podía llegar de manera segura, utilizaron drones o huellas para estimar la población.

Gracias a este seguimiento, el equipo de científicos pudo documentar los daños que los hipopótamos ocasionan en el ecosistema colombiano. Al trasladarse, el peso de sus enormes cuerpos erosiona la ribera de los ríos y abre caminos fangosos en el interior de los bosques. Además, compiten por el hábitat de otros animales autóctonos tales como el manatí antillano, la nutria neotropical y el carpincho.

Otro problema que se observó es que en la población de hipopótamos hay más de un treinta y cinco por ciento de juveniles, lo que indica que la tasa de reproducción es muy elevada. Esto podría ocurrir debido a que Colombia tiene condiciones ambientales más favorables que el continente Africano, por lo que alcanzan la madurez sexual más temprano. El éxito reproductivo también se da porque, al haber más territorio y recursos, hay menos peleas.

¿Sacrificar es la solución?

En 2009 los funcionarios colombianos ordenaron matar a uno de los machos agresivos. Uno de los soldados se tomó una foto y esto provocó indignación y detuvo los esfuerzos para controlar la población de hipopótamos. De hecho, hay comunidades que ahora dependen del turismo que tiene a los hipopótamos como principal atracción. También hay que mencionar que las comunidades pesqueras viven con un constante temor a estos animales territoriales que pueden herir con facilidad a las personas. Durante 2020 y 2021 se reportaron graves ataques a seres humanos y un accidente automovilístico cuyo saldo fue un hipopótamo muerto en medio de la ruta.

Bajo esta premisa, explorar soluciones es fundamental. Una estrategia que se está evaluando en la actualidad es administrar anticonceptivos a los animales mediante dardos; una iniciativa que evita la reproducción pero es lenta, costosa y de implementación dificultosa a gran escala. Un estudio estimó que este método podría erradicar a los hipopótamos en cuarenta y cinco años a un costo de al menos 850 mil dólares. Otra estrategia sería capturar, anestesiar y transportar a los hipopótamos en helicóptero a una instalación para ser castrados. Esto es aún más caro y tomaría hasta cincuenta y dos años para la erradicación. A todo esto se le agrega que los años calculados son, en realidad, sub-estimaciones debido a que los cálculos se realizaron teniendo en cuenta la cantidad de animales previa al censo.

Bajo esta perspectiva los científicos abogan por sacrificar a los animales ya que resolvería el problema antes de que sea imposible solucionarlo. El ambiente se enfrenta a pérdidas de flora y fauna nativas en Colombia, el segundo país con mayor biodiversidad en el mundo.

En relación a los nuevos hallazgos, el Ministerio de Medio Ambiente aun no realizó comentarios sobre cómo manejaría la creciente población de hipopótamos.