Nancy Pelosi reafirmó el compromiso de EE.UU. con la autonomía de Taiwán

La presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos volvió a mostrar públicamente su apoyo a la isla y la determinación de “preservar la democracia”, pese a la amenaza latente de una guerra comercial y militar con China

"Nuestra delegación llegó a Taiwán para dejar claro, de forma inequívoca, que no abandonaremos nuestro compromiso con Taiwán y que estamos orgullosos de nuestra amistad duradera”, declaró Nancy Pelosi en un acto ayer con la presidenta de la isla, Tsai Ing-wen. “El mundo enfrenta hoy una elección entre la democracia y la autocracia. La determinación de Estados Unidos de preservar la democracia, aquí en Taiwán y alrededor del mundo, se mantiene incontrovertible”, advirtió.

Por su parte, la presidenta taiwanesa Tsai aseguró que “frente a las crecientes y deliberadas amenazas militares, Taiwán no retrocederá. Mantendremos la línea de defensa de la democracia”. Horas antes, el gabinete de Pelosi explicó que la visita muestra el “apoyo incondicional” de Estados Unidos a la isla, aunque “no contradice” la política de Washington de reconocer oficialmente solo a China.

De esta manera, la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense reafirmó el compromiso de su país con la autonomía taiwanesa, en una polémica visita a la isla que desató la furia de China, quien considera a Taiwán una isla una provincia en rebeldía

La reacción China

China actuó rápidamente y la Cancillería afirmó que Estados Unidos estaba desplegando acciones “extremadamente peligrosas” y anunció ejercicios militares cerca de Taiwán. Al mismo tiempo la Administración de Aduanas anunció restricciones a la importación de frutas y pescado desde Taiwán, y alegó excesiva cantidad de residuos de pesticidas. También accionó el Ministerio de Comercio chino, que anunció la suspensión a la exportación de arena natural a la región, sin dar más detalles.

China también convocó al embajador estadounidense Nicholas Burns a quien el viceministro de Asuntos Exteriores, Xie Feng, dijo que “Taiwán es el Taiwán de China”, informó la agencia de noticias estatal Xinhua.

Además Beijing respondió con una movilización militar que inquietó a los países vecinos y el vocero del Ministerio de Defensa anunció que “el Ejército Popular de Liberación (EPL) de China está en alerta máxima y lanzará una serie de acciones militares selectivas para defender la soberanía nacional y la integridad territorial y frustrar la interferencia externa y los intentos separatistas de independencia de Taiwán”.

Del comienzo a la conflictiva actualidad

China y Taiwán están separadas desde 1949, cuando las tropas comunistas de Mao derrotaron a los nacionalistas y estos se refugiaron en la isla. Luego, Estados Unidos reconoció en 1979 al gobierno de Beijing como el de toda China, incluyendo a Taiwán, aunque siguió dando respaldo militar a la isla.

La importancia de esta visita casi sorpresa, porque Pelosi estaba de gira por Asia, es que es la más alta funcionaria estadounidense en visitar Taiwán desde su predecesor Newt Gingrich en 1997. El anuncio de esa escala puso al rojo vivo las tensiones entre las dos superpotencias.

Ante esto, la vocera de la diplomacia china dijo que “Estados Unidos cargará con la responsabilidad y pagará el precio por socavar la soberanía y la seguridad de China”. China anunció que “se realizarán ejercicios navales y aéreos conjuntos en los espacios marítimos y aéreos del norte, suroeste y sureste” de la isla. La zona de operaciones chinas llegará a menos de 20 kilómetros de la costa de Taiwán, según las coordenadas compartidas por el Ejército Popular de Liberación.

La “reunificación” de China es un objetivo prioritario para el presidente chino, Xi Jinping, quien la semana pasada le dijo formalmente al presidente estadounidense, Joe Biden por teléfono que evitara “jugar con fuego”.

Para respaldar su mensaje, el Ejército chino difundió el lunes en internet un video de tono marcial que muestra a soldados gritando listos para la lucha, combatientes despegando, paracaidistas saltando de un avión o una lluvia de misiles que aniquilan varios objetivos.