"Nos sentimos humillados, tratados como animales", dijeron los migrantes venezolanos

Bryan lleva un mes viviendo en la calle en la ciudad de Iquique, en el norte de Chile. Él es venezolano de 21 años que entró de manera irregular al país por la pequeña localidad de Colchane, ubicada a pocos kilómetros de la frontera con Bolivia.

El joven llegó buscando trabajo pues, dice, la situación en su país se hizo "insostenible". Pero en Chile se encontró con una realidad que está lejos de la que soñaba.

Sin un sitio donde dormir, no le quedó otra opción que instalarse en una carpa enplaza Brasil, en el centro de Iquique, de donde el pasado viernes 24 de septiembre fue desalojado por la policía en un acto que incluyó resistencia, forcejeos y dejó 14 detenidos.

Deambulando nuevamente por las calles, Bryan se encontró al día siguiente (sábado 24 de septiembre) con una marcha de manifestantes contra los migrantes que terminaría aún peor: con la quema de sus escasas pertenencias.

"Quedé con lo puesto, no tengo nada. Esto ha sido horrible", le dijo el joven a la BBC. Fue una imagen desoladora y que dio vueltas al mundo.

Colchones, frazadas, ropa, juguetes infantiles e incluso pañales pertenecientes a un grupo de venezolanos ardieron mientras una turba de manifestantes gritaba consignas contra los extranjeros.

"Nos tiraron piedras, botellas, de todo. Y la gente, en vez de ayudar, grababa con sus teléfonos; era como un show para ellos. Nos sentimos humillados, tratados como animales, como una basura", afirma.