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Por qué no se realiza el censo en Bolivia y las claves del conflicto

Hace un mes hay paros y revueltas por la fecha del recuento. Esto podría modificar la representación legislativa en la región de Santa Cruz de La Sierra. Según los analistas, no llegar a un acuerdo se debe a la debilidad de la oposición y a las diferencias internas del MAS.

Santa Cruz, motor económico y bastión opositor, se enfrenta con el gobierno central para exigir que se realice un censo en 2023 que actualice su representación legislativa y la cantidad de fondos estatales que recibe, en función de una cantidad de habitantes que considera superior a la que maneja la última estadística oficial.

El conflicto en Bolivia por la fecha del censo, ya causó al país pérdidas por valor de más de 800 millones de dólares y mostró dos cuestiones que eran un secreto guardado por las apariencias: la debilidad política de la oposición y la tensión interna que vive el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).

El Ejecutivo nacional ya decidió por decreto que el censo será el 23 de marzo de 2024 y no antes porque no hay posibilidades técnicas para ello. La oposición reclama ahora que esa fecha salga por ley, mientras mantiene además su pedido de que liberen a detenidos por cometer actos de violencia.

La iniciativa legislativa sobre la fecha del censo, cuyo año de realización, 2024, la derecha ya no discute como al principio del conflicto, va a ser muy difícil de que se haga realidad en pocos días, no sólo por la magra muñeca para la búsqueda de consensos parlamentarios mostrada por la oposición, sino también por las diferencias internas que existen en los bloques oficialistas de ambas cámaras.

Pero el MAS quiere más: acciones penales para los líderes de la revuelta, muchos de los cuales dieron el puntapié inicial para la concreción del golpe de Estado de 2019 contra el expresidente Evo Morales, basado en denuncias de un fraude electoral que nunca se confirmó.

Uno de ellos es quien gobierna Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, quien entró al palacio de Gobierno boliviano en 2019 blandiendo una Biblia, para bendecir la asunción de la hoy detenida expresidenta de facto Jeanine Áñez.

La contundencia de las protestas en Santa Cruz, con cortes de rutas, barricadas e incendios que provocaron al menos tres muertes y que anoche se trasladó a ataques violentos a un barrio de viviendas humildes llamado Plan 3.000, impulsó al gobierno de Luis Arce a denunciar una nueva actitud golpista.

Hablan los especialistas

Más allá de las intenciones secretas de los revoltosos, ese objetivo no estuvo hasta el momento en el menú de opciones, por el contrario, en el conflicto la derecha desnudó su escaso poder de oposición política, si bien Santa Cruz cuenta con una sociedad movilizada de profundo sentimiento secesionista y antiaborigen.

"Santa Cruz históricamente cultivó una identidad diferente, occidentalista, que renuncia a la Bolivia indígena, pero si este sentimiento volvió a estar a flote esta vez no se percibió, porque la derecha desnudó su escaso poder de oposición", evaluó Fernando Molina, politólogo y catedrático boliviano.

Paul Coca, catedrático y analista político, dice que el oficialista MAS está atravesando una crisis interna de difícil pronóstico, dado el enfrentamiento entre el actual presidente y el líder histórico del movimiento y de la Bolivia Plurinacional, nacida durante sus años al frente del Palacio Quemado (2006-2019).

"La crisis es tan grande que hoy por hoy el principal opositor al gobierno no es la oposición, que no tiene poder para articular políticas desde las gobernaciones o el Parlamento y mucho menos un golpe de Estado que jamás estuvo entre las opciones de esta crisis, sino el propio Evo Morales", resumió Coca.

Molina, por su parte aportó: "Son dos estilos de dos personalidades que no están decididas a ceder espacios; Evo tiene un talento político que Arce no tiene, pero demostró que no es invencible en las urnas: hay un sector de la clase media y aún de la clase alta que lo apoyaba, pero ya no lo hace. Arce, mientras tanto, cuenta con dos factores a favor: tiene el poder y es economista, es decir que tiene todas las herramientas a disposición para diseñar la mejor política para su pueblo, y si logra hacerlo tendrá un amplio apoyo popular", completó.