inmunidad cruzada

¿Qué es la ‘inmunidad cruzada’, que podría anunciar el fin de la epidemia?

En Francia, si bien las autoridades sanitarias son muy cautelosas y todavía temen una segunda ola de contagios, algunos epidemiólogos creen que la inmunidad colectiva podría alcanzarse antes de lo esperado, gracias a la llamada “inmunidad cruzada”.

Casi dos semanas después del comienzo del desconfinamiento en Francia, las cifras son alentadoras. Las autoridades dicen que es demasiado pronto para sacar conclusiones, pero algunos científicos ya no dudan en afirmar que la epidemia de Covid-19 ha quedado atrás, y plantean la posibilidad de una “inmunidad cruzada”, que permitiría proteger a una parte de la población contra el virus.

Resfriados comunes

La “inmunidad cruzada” es la inmunidad adquirida durante una primera infección, que posteriormente protege contra otro agente infeccioso. Como regla general, los anticuerpos son específicos, pero a veces, pueden combatir bacterias o virus de especies relacionadas.

Por ejemplo, una persona puede haber adquirido una protección contra el SARS-CoV-2 mediante una exposición anterior a otros coronavirus que causan resfriados comunes.

 
Esta hipótesis aún está por verificar. Fue planteada por investigadores estadounidenses en la revista especializada Cell: según ellos, entre el 40 y el 60% de la población podría ser inmune a la Covid-19.

¿Una epidemia que llega a su fin?

Eso explicaría una heterogeneidad en la propagación del virus, ciertas personas siendo más vulnerables a la Covid-19 y mejores vectores de transmisión. A partir de ahí, investigadores han modelado una inmunidad colectiva que estaría lejos del 60% de la población, cifra generalmente evocada para poner fin a la epidemia, situándola entre el 10 y el 20%.

En Francia, algunos especialistas creen que la epidemia está llegando a su fin. “Una parte significativa de la población podría no ser sensible al coronavirus, porque anticuerpos no específicos de este virus pueden detenerlo”, explica el epidemiólogo Laurent Toubiana.

“Este virus no es un maratonista, es un velocista: se agota muy rápidamente”, afirma el profesor Jean-François Toussaint, director del Instituto de Investigación Biomédica y de Epidemiología del Deporte (Irmes), que no cree en una segunda ola.

Prudencia

Las cifras desde el fin del confinamiento son alentadoras, tanto en las admisiones en reanimación como en el número de muertes, de ahí el optimismo entre los científicos. “En la sala de emergencias y en el hospital, estamos particularmente expuestos. Si el virus estuviera circulando tanto como antes y todos fuéramos susceptibles de ser infectados, nos habríamos contaminado entre nosotros o por la gente enferma. Es pura especulación, pero podría significar que ciertas personas tienen una inmunidad natural o adquirida”, comenta Yonathan Freund, médico en el hospital Pitié-Salpêtrière de París.

Sin embargo, otros epidemiólogos recomiendan no bajar la guardia y ser prudente. “Todo lo que podemos decir es que hoy en día no hay señal de alarma. Pero es demasiado pronto para decir que todo va a estar bien”, estima así Daniel Lévy-Bruhl, jefe de la unidad de infecciones respiratorias en Santé Publique France. “Existe un desfase entre lo que medimos hoy y a qué corresponde: lo que medimos hoy corresponde a los beneficios del confinamiento”, continúa.

El Dr. Lévy-Bruhl no descarta la posibilidad de un repunte en la epidemia, que podría llevar en el peor de los casos a una nueva cuarentena. Cree que es “prematuro basar la esperanza en una ‘inmunidad cruzada’”, una hipótesis “lejos de ser unánime y lejos de ser confirmada”.

Para las autoridades, el levantamiento del confinamiento debe conducir mecánicamente a un aumento del número de infecciones, pero se trata de mantener este aumento dentro de unos límites razonables. “El riesgo de una segunda ola existe. Depende de todos nosotros colectivamente asegurarnos de que no suceda”, concluye el Dr. Lévy-Bruhl.