Mar - Pesca
Reino Unido prepara barcos patrulla para proteger sus aguas de pesca ante la UE
Si no hay acuerdo con Bruselas, tendrán la potestad de detener, inspeccionar y confiscar todos los barcos pesqueros comunitarios que operen dentro de la zona económica exclusiva británica.
El calendario 2021 se va a abrir, con casi total certeza, con cuatro buques de guerra de la Royal Navy en plan policía militar y vigilando las Zona Económica Exclusiva del Reino Unido, a la que no podrá acceder ni un solo barco de pesca comunitario.
Todo, porque los pasos dados hasta ahora para evitar el más que anunciado divorcio entre la Unión Europea y la Gran Bretaña, no han servido -ni creo que puedan servir en el futuro inmediato- para aproximar las posturas de aquellos que, hasta el último minuto del año 2020, han tenido la oportunidad de nos deshacer todo cuanto les ha unido durante los últimos 40 años de historia en común.
No hay, a día de hoy, acuerdo de divorcio. El primer ministro británico Boris Johnson no quiere que el Brexit deje de ser historia porque él, Boris, renuncie a unos postulados por los que apuesta firme y decididamente. La respuesta la da un país que lo compartió todo, absolutamente todo, con la Unión Europea, hasta el extremo de hacer a esta ciega y muda en cuestiones como la polémica Guerra de Las Malvinas, la "guerra" del fletán y hasta la dura roca del Peñón de Gibraltar.
La respuesta de Londres, verdaderamente, no puede ser más clara, a día de hoy: cañones y ametralladoras montados en buques de guerra dispuestos a recibir en las 200 millas de sus aguas económicas exclusivas (ZEE) de forma inequívoca a cuanto pesquero comunitario traspase la línea fronteriza en el Canal de La Mancha.
Las patrulleras de costa británicas tienen orden de detener, inspeccionar e incautar cualquier pesquero no británico que navegue -no digamos ya pesque- sin autorización en esas 200 millas de su ZEE. Doscientas millas, cien menos que las de la famosa canción versionada en español hace 50 años por Tim, Nelly y Tony, los aplaudidos TNT.
Cierto es que las autoridades navales británicas ya han aclarado al diario The Guardian que sus barcos grises -es decir, los de guerra, los que meten miedo- no van a abrir fuego -ni siquiera para advertirles de una posible infracción- contra los pesqueros de los países más o menos vecinos. Por ejemplo, contra los de enfrente, los franceses, vecinos con los que han compartido incluso maniobras de la OTAN. Y lo mismo podría deducirse en cuanto a la aplicación de medidas contra la flota española que también transita y pesca -hasta ahora- en aguas propias del Reino Unido.