Guerra
Rusia anexionó las regiones ucranianas ocupadas
Lugansk, Donetsk, Jerson y Zaporiyia ya pertenecen a la Federación de Rusia. "Serán nuestros ciudadanos para siempre", afirmó Vladimir Putin. La UE rechazó firmemente este acto.
El presidente ruso firmó hoy la anexión a Rusia de cuatro regiones ucranianas ocupadas por su Ejército y afirmó que sus habitantes "serán nuestros ciudadanos para siempre".
Al mismo tiempo, todos los líderes de la Unión Europea (27 países), condenaron el acto mediante un comunicado en conjunto criticando “la anexión ilegal” de las cuatro regiones del este ucraniano: Lugansk, Donetsk, Jerson y Zaporiyia.
El procedimiento es parecido al del 2014 para la anexión de Crimea, una península en el sur de Ucrania que no ha sido reconocida por la comunidad internacional.
Es pertinente recordar que antes de la invasión, Putin había reconocido la independencia de las autoproclamadas repúblicas de Lugansk y Donetsk, controladas por separatistas prorrusos desde 2014.
Gracias al éxito de la contraofensiva ucraniana, la incorporación de estos territorios se adelantó, del mismo modo que llevó a Putin a movilizar a cientos de miles de reservistas.
Varios dirigentes rusos afirmaron que, cuando estas zonas hayan sido anexadas, Moscú podrá utilizar armas nucleares para "defenderlas". "Utilizaremos por supuesto todos los medios a nuestro alcance para proteger a Rusia", dijo Putin exclamó Putin.
La respuesta de Ucrania no se hizo esperar, y solicitó más ayuda militar además de no reconocer esta anexión. Volodimir Zelenski convocó para este viernes a una reunión de urgencia de su Consejo de Seguridad.
Sus socios occidentales y también el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, señalaron la ilegalidad de la anexión. Incluso China, cercana a Moscú, pidió respetar "la integridad territorial". "Cualquier decisión de proceder a la anexión de las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jerson y Zaporiyia no tendrá ningún valor legal y merece ser condenada", dijo Guterres.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU deberá pronunciarse sobre una resolución de condena a los referendos que, sin embargo, no prosperará por el poder de veto de Rusia en este organismo.