BRASIL
Secuestró a su madre y le robó 16 cuadros millonarios : dos cuadros los compró el dueño del Malba
En la causa hay cuatro detenidos, entre ellos la hija de un reconocido marchand brasileño.
El aparente robo de dos cuadros comprados por Eduardo Costantini conmocionó a Brasil en las últimas horas. Las obras de arte fueron adquiridas por el fundador del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) en 2021 en una galería que las consiguió a través de una mujer que mantuvo cautiva a su madre y le quitó esas pertenencias, según reveló este miércoles la policía brasileña.
La mujer fue detenida en Río de Janeiro, en un escándalo que sacude a clase alta carioca. En total la policía detuvo a cuatro personas, entre ellas Sabine Boghici, hija de Genevieve, la viuda de 82 años del famoso marchand Jean Boghici.
La Policía Civil de Río de Janeiro informó que, de las 16 obras de arte robadas, dos terminaron en manos de Costantini, quien aseguró que las compró de buena fe. Son las pinturas “Elevador Social” (1966), de Rubens Gerchman, y “Maquete para Meu Espelho” (1964), de Antonio Dias, valuadas cada una en 300.000 dólares.
Cómo fue el robo de las obras de arte que terminó comprando Eduardo Constantini
Según un vocero policial citado por la cadena Globo, la hija de Jean Boghici vendió los cuadros a una galería de la ciudad de San Pablo. Sus dueños dijeron a su vez que los vendieron a Constantini para su colección particular.
Sin embargo, a través de un comunicado de prensa citado por Télam, el fundador del Malba, explicó: “A partir de la información pública sobre el robo a la viuda del coleccionista brasileño Jean Boghici, Eduardo Costantini aclara que en 2021 adquirió cuatro obras de esta importante colección de arte moderno brasileño por intermedio del galerista Ricardo Camargo”.
”Según la información sobre la procedencia, dos de estas obras pertenecían a la hija de Boghici y fueron compradas de buena fe y debidamente registradas”, agregó Constantini.
Entre las obras recuperadas hay cuadros de Tarsila do Amaral, la icónica artista brasileña
El robo que desbarató una investigación policial incluyó obras de arte que fueron recuperadas por la Comisaría de la Tercera Edad de la Policía Civil (investigaciones) de Río de Janeiro como “O Sono”, de Tarsila do Amaral, valorada en 58 millones de dólares.
También dos cuadros de la misma autora modernista brasileña, Sol Poente y Pont Neuf, que según los agentes valen 48 millones y US$29 millones, respectivamente.
Además, entre las obras robadas por la hija y tres cómplices a Genevieve, quien estuvo un año secuestrada en su casa víctima de la estafa familiar, están las de autores como Alberto Guignard, Emiliano Di Cavalcanti, Cícero Dias, Kao Chi-Feng, Ilya Glazunov, Emeric Marceir y Michel Macreau.
El cuadro Sol Poente de Tarsila do Amaral fue recuperado. Estaba debajo de la cama en la casa de Rosa Nicolau Stanesco, una de los cuatro detenidos, durante el allanamiento realizado en el barrio Abolicao, zona norte de Río de Janeiro.
Cómo fue la estafa para robar valiosas obras de arte a la viuda de un conocido marchand brasileño
El caso se inició en enero de 2020 cuando Sabine Boghici ideó un plan que incluyó a Nicolau Stanesco, quien se hizo pasar por una vidente.
Esta supuesta pitonisa le dijo a la viuda del marchand que su hija Sabine iba a morir en pocas semanas y que para evitarlo necesitaba hacer “trabajos”. A partir de ese momento la anciana le hizo transferencias de poco más de un millón de dólares durante 2020 a la mujer. En tanto, Sabine Boghici echó a todo el personal doméstico de su madre y la mantuvo en situación de cautiverio.
La mujer, con el pasar del tiempo, descubrió que fue engañada y dejó de pasarle dinero a la supuesta vidente. Entonces la hija comenzó a sacar de la casa los cuadros de mayor valor que estaban guardados. El comisario Gilberto Cruz, de la Comisaría Especial de Atención a las Personas de la Tercera Edad de Río, dijo que el marchand Boghici había fallecido hace siete años.
”La propia señora víctima fue la que nos buscó en la comisaría, contrató un abogado que la trajo para contar todo. Ella estaba asustada por miedo a tener que denunciar a la hija”, contó.