Estados Unidos

Tras casarse con un plebeyo, la exprincesa japonesa llegó a Nueva York

Mako Komuro había renunciado a su título en la monarquía para poder contraer matrimonio. La pareja vivirá en norteamérica.

La pareja, que se conoció en la Universidad de Gakushuin en el año 2012 y se casó el mes pasado, salió del aeropuerto de Tokio el domingo por la mañana con destino hacia Nueva York, donde juntos alquilarán un apartamento en la ciudad y Komuro trabajará en la firma de abogados Lowenstein Sandler LLP.

Según la ley japonesa, las mujeres de la familia imperial pierden su estatus al casarse con un plebeyo, pero nada de esto le importó a Mako, quien dejó atrás todo esto por su amor con Kei.

La llegada del matrimonio a territorio estadounidense no es sorpresa, pues hace tiempo corrían rumores sobre el nuevo destino de ambos. Se espera que Mako, quien adoptó el nombre de su marido tras la boda, encuentre un trabajo en la ciudad.

La pareja estuvo fuertemente custodiada por la policía y la seguridad del aeropuerto mientras paseó por la terminal de salidas. Un centenar de periodistas estaba allí para presenciar el hecho, pero los recién casados no respondieron a las preguntas.

Los planes de los dos han cambiado luego de que medios japoneses revelaran el mes pasado que Komuro, de 29 años, suspendió el examen del Colegio de Abogados del Estado de Nueva York, un paso que los futuros abogados tienen que aprobar para ejercer su profesión en el estado. Komuro trabaja actualmente como asistente legal para la firma Lowenstein Sandler LLP.

Dejando todo por amor

El traslado a Estados Unidos ha suscitado comparaciones con los miembros de la realeza británica Meghan Markle y el príncipe Harry, lo que les ha valido el apodo de los “Harry y Meghan de Japón”.

Los jóvenes enfrentaron a una gran oposición cuando anunció su compromiso hace cuatro años. Desde ese momento, la relación ha sido objeto de chismes de la prensa sensacionalista nipona. Una de las controversias se dio por la supuesta deuda que la madre de Komuro tiene con su exprometido, a quién, afirman, le pidió un préstamo que todavía no ha pagado.

Según la Casa Imperial japonesa, los comentarios de los medios llevaron a la entonces princesa a desarrollar un trastorno de estrés postraumático, por el cual necesito atención médica. Cuando la pareja se casó el mes pasado, se saltó los ritos habituales de una boda real y rechazó el pago que se ofrece a las mujeres de la realeza al abandonar la familia.

La exprincesa Mako, sobrina del emperador Naruhito, es la primera mujer parte de la Familia Real que rechaza ambas cosas.