Austria

Van der Bellen, reelegido presidente de Austria en primera ronda, con el 54 %

Con una campaña basada en el lema de "claridad", Van der Bellen, un profesor de Economía de 78 años y de tendencia proeuropea, alcanzó más del 50% de los votos.

El presidente de Austria, el ecologista Alexander van der Bellen, fue reelecto este domingo en primera vuelta con 54,6% de los votos, según resultados provisionales difundidos por el Ministerio del Interior.

Los austríacos votaron este domingo para elegir presidente en medio de una crisis energética y alta inflación, y los resultados oficiales definitivos se anunciarán mañana.

Sin embargo, tanto los cómputos oficiales provisionales como las encuestas a boca de urna atribuyeron 54,6% de los sufragios a Van der Bellen, un profesor de economía de 78 años y de tendencia proeuropea.

Detrás de él quedaron el presidente del partido de la Libertad, Walter Rosenkranz, con 19,1%; el independiente Tassilo Wallentin con 8,4%, y el líder del Partido de la Cerveza, además del músico punk, Dominik Wlazny con 8,2%.

Asimismo, el independiente Gerald Grosz obtenía 6,0%; el presidente del partido federal MFG, Michael Brunner, 2,2%, y el también independiente Heinrich Staudinger, 1,6%. según la agencia de noticias Sputnik.

En su campaña, Van der Bellen se presentó como "la opción segura en tiempos tormentosos", ante los efectos de la invasión rusa a Ucrania, que impulsó la inflación en toda Europa, y de la pandemia de coronavirus.

Van der Bellen venció a un candidato del FPO, Norbert Hofer, en diciembre de 2016, evitando lo que hubiera sido el primer triunfo de una formación de extrema derecha en una elección de presidente o gobierno en Europa en la posguerra.

Esa votación fue una repetición ordenada por el Tribunal Constitucional después de que el FPO denunciara irregularidades generalizadas en la segunda vuelta de las elecciones de ese año, que Van der Bellen había ganado por estrecho margen.

Aunque perdió, Hofer reunió 46% de los votos en la repetición del balotaje.

Aunque la ultraderecha perdió terreno en los últimos años, Austria enfrenta condiciones que en otros países dieron impulso a partidos como el FPO, como precios cada vez más altos de la energía y los alimentos y un repunte de la pobreza.

"Estaría bien ver claro (los resultados) hoy mismo, y sería bueno para Austria, nos ayudaría a concentrarnos por completo en las muchas crisis que afrontamos en Europa", dijo Van der Bellen tras votar en Viena, según la agencia AFP.

El presidente austriaco es, en principio, una figura en gran medida ceremonial, pero desempeña un papel destacado en tiempos de crisis política interna. Eso dio a Van der Bellen una gran visibilidad.

Después de que la coalición del canciller conservador Sebastian Kurz con el FPO se derrumbara en un escándalo en 2019, el presidente nombró un gabinete interino no partidista.

El presidente, además, designa al canciller federal, que es el jefe de gobierno y quien en realidad lleva las riendas del país del centro de Europa.

Unas 6,4 millones de personas estaban llamadas a las urnas, de una población total de nueve millones, y la participación se estimaba en 52,5% cuando aún faltaban computar los votos por correo.

El FPO ansiaba repetir el escenario de 2016, pero su candidato -Rosenkranz, de 60 años- es poco conocido, a diferencia de lo ocurrido en las recientes elecciones en Suecia y en Italia.

Los casos de corrupción hicieron perder terreno a la extrema derecha austriaca luego de haber sido, hace seis años, la primera de Europa en acariciar la victoria en una elección presidencial.

El FPO había accedido al gobierno en el marco de una coalición con los conservadores del joven primer ministro Sebastian Kurz, pero tuvo que dejar el poder en 2019 tras un rocambolesco escándalo y no volvió a recuperar su pasada gloria.

Con el apoyo explícito de la Unión Europea (UE), Van der Bellen garantizó la continuidad del Estado, tras la agitación y los sucesivos cambios de cancilleres.

Austero, agnóstico y casado dos veces en tierra católica, el exjefe de los Verdes y decano de la facultad de Economía de Viena pudo hacer olvidar su fuerte talante de izquierda para congregar y unir.

Este gran fumador, que luce siempre barba de tres días, se hace ahora fotografiar con el típico saco alpino junto a las montañas nevadas para convencer a la opinión de su patriotismo.

Este ecologista es además hijo de refugiados. Su padre, un aristócrata, y su madre estonia llegaron a Viena durante la Segunda Guerra Mundial antes de trasladarse al Tirol, huyendo de la llegada del Ejército rojo soviético.