MUNICIPALIDAD

A 5 meses de asumir, la gestión del “Julio que sabía” no arrancó en La Plata

Pasaron 152 días desde que Julio Alak tomó el control de la Municipalidad de La Plata y, si bien venía con aires de conocimiento previo y experiencia en el sillón de calle 12, lo cierto es que nada de lo que prometió se hizo y la sensación que se palpita por las diagonales es de acefalía en la conducción.

Votá al Julio que sabe”, rezaba el eslogan de campaña electoral que llevó a Julio Alak a vencer en las elecciones de diciembre pasado a Julio Garro y quedarse con la intendencia de La Plata, luego de 8 años del PRO y uniendo bajo su figura a un conglomerado tan amplio y heterogéneo como el peronismo platense.

Sin embargo, a 5 meses de haber asumido, la sensación es que la intendencia de la capital de la Provincia está acéfala.

152 días de nada

Alak volvió a ser intendente de la ciudad de La Plata tras dieciséis años, por la exigua diferencia de 849 votos… Pasaron 152 días desde el 10 de diciembre hasta acá y las medidas que tanto anunciaba en su campaña lejos estuvieron de comenzar a realizarse.

Presentado como “Plan Estratégico La Plata 2030”, el documento de 16 páginas describía los proyectos pensados para convertir a la urbe en “Capital de la Producción y el Trabajo”. Destacaba, entonces, el dragado del Canal Magdalena, la construcción de nuevos como la autopista del Oeste que unirá la Ruta 2 con el casco urbano en 8 minutos; el segundo anillo de circunvalación con la construcción de las avenidas 155, 90 y la calle 128, que junto a la avenida 520, vincularían el Mercado Regional, los parques industriales I y II, el cinturón frutihortícola, el aeropuerto, el Astillero Río Santiago, el Polo Petroquímico, la Zona Franca y el centro energético Y-TEC para potenciar el uso del litio.

Durante su discurso ante el Concejo Deliberante al momento de dejar inaugurado el período de sesiones ordinarias, habló de 50 medidas que tomaría para la ciudad: reabrir el Teatro del Lago, la apertura de una licitación para la compra de 100 patrulleros, la elaboración y elevación al Concejo Deliberante de los pliegos de licitación del sistema de transporte, la reurbanización de los barrios de emergencia, la creación de un sistema alimentario municipal en conjunto con la UNLP, el alquiler del edificio de diagonal 80 y 48 para mudar allí buena parte de la administración y la generación de un 0800 anticorrupción.

Pero claro, de todo, nada. Si bien uno podría pensar que son anuncios y trabajos a largo plazo, lo cual es verdad, si se mira el estado de deterioro de las calles, las veredas, la falta de limpieza en la vía pública, la recolección de residuos ineficiente, un sistema de micros obsoleto, el estacionamiento medido que lejos de modernizarse ahora solamente permite pago en efectivo, la falta de mantenimiento de los espacios verdes, fumigaciones, hace pensar que ese Plan 2030 sea aún bastante más imposible de realizar en función de la poca pericia que ha demostrado en temas tan básicos de gestión, un hombre con la experiencia de Alak.

La transparencia y austeridad te la debo

El intendente no logró sintetizar un equipo ágil y llegó a una estructura de 19 secretarías, más una jefatura de Gabinete. Una estructura superior a la que tenía el intendente del PRO.

Alak trabajó para contener a un peronismo atomizado y con nombres importantes. El intendente fracasó en el objetivo de lograr que un sector quede por debajo de otro. Los personalismos en el peronismo de la capital provincial son extremos.

La consecuencia fue un equipo de gobierno que para algunos es inflado para un momento en el que escasearán los recursos y que además está constituido por muchos sectores ajenos a Alak.

En la gestión de Juntos por el Cambio (JxC) había 16 secretarías más dos organismos: el Instituto de Desarrollo Sostenible, que diseñaba las políticas ambientales, y la Agencia de Desarrollo Local.

Alak rediseñó ese organigrama conforme a las necesidades de lo que sería su quinta gestión al frente de la capital bonaerense. Unificó algunas áreas como Obras Públicas y Planeamiento, sumándole funciones que la convierten en una supersecretaría; desdobló otras carteras como Cultura y Educación, que escindió en dos nuevas secretarías, y partió en tres la vieja Secretaría de Políticas en Seguridad y Justicia. Ahora, habrá tres carteras separadas: Seguridad, Justicia y Control Urbano y Convivencia.

También creó nuevas áreas a medida como la Secretaría de Economía Popular que le ofreció al Movimiento Evita y rejerarquizó otras como Modernización, Ambiente y Producción, que volvieron a tener rango de secretaría.

En octubre, la Comuna resolvió poner en marcha el “Sistema de Declaraciones Patrimoniales PBA-AFIP”. Este nuevo mecanismo prevé obligar a los funcionarios de alto rango a presentar la Declaración Jurada Patrimonial, aun cuando se desempeñen en el cargo en forma transitoria, con o sin remuneración y cualquiera sea el modo de contratación.

Enunciado de ese modo, suena muy bonito, pero en la realidad lo cierto es que todavía ni siquiera existe un organigrama público donde figuren las áreas de gobierno con sus secretarios y subsecretarios. Es más, algunas ni siquiera han logrado tener un responsable todavía.

De este modo, la gestión Alak tiene 20 secretarías y 3 unidades descentralizadas. De las cuales conocemos los nombres de los secretarios, pero no de los subsecretarios que incluso, en muchos casos, no han sido nombrados, ingresando a la página oficial de la Municipalidad solo puede verse en el organigrama el nombre del intendente.

De esto se desprende una pregunta que circula por todas las diagonales, con semejante estructura, ¿cómo es que aún la gestión no arrancó?

Números a medida para justificar la inacción

Lo que sí utilizó Julio Alak como estrategia al asumir fue denunciar una supuesta situación económica deficitaria de la Municipalidad de La Plata como forma de justificar también estos meses de inacción.

Alak planteó públicamente un supuesto pasivo de $19.000 millones. Sin embargo, el expediente de la Rendición de Cuentas que se encuentra en el Concejo Deliberante precisa que en 2023 la deuda flotante del ejercicio, cerró en $5319 millones de pesos.

Algo similar ocurre con la denominada “herencia” de la planta de trabajadores municipales. En su discurso de asunción, el intendente denunció que la administración de Julio Garro había dejado una planta “sobredimensionada” de casi 12.000 agentes, que superaba incluso lo permitido por la ley.

Según la Rendición de Cuentas, en cambio, el número de personal que existía en planta al 31 de diciembre era de 9726 agentes, un número menor al denunciado por Alak.

¿Dónde está Alak?

Ni bien asumió como intendente, Julio Alak comenzó a dar señales de que su gestión no iba a ser como la de los años 1991 y 1995. Enmarañado por la repartija de cargos para los espacios que conformaron Unión por la Patria, el “Turco” se vio obligado a estirar la planificación de su hoja de ruta, tanto es así que le costó el reclamo vecinal y el latiguillo que rezaba que “la gestión no arranca”.

Pero, además de esas vicisitudes, existe en la Municipalidad y en la esfera política de la ciudad de La Plata, otras cuestiones que van en paralelo a la parte política.

Explican que la campaña del 2023 fue más que exigente, tanto que Alak no tuvo tiempo de tomarse vacaciones y, por ello, al comienzo se lo vio muy poco en la escena pública.

Ahora, la mayoría de sus apariciones son en gacetillas de prensa, en reuniones varias que viene manteniendo como forma de marcar una supuesta agenda de trabajo mientras el trabajo territorial brilla por su ausencia.

Los vecinos mantienen la ciudad

En medio de esta situación, los vecinos se organizan ante la ausencia del Estado municipal, como en El Rincón, barrio de Villa Elisa, donde cerraron la delegación comunal y cansados de tanta desidia, sus propios vecinos se convocaron para limpiar las calles y espacios públicos

Entre otras tareas, los frentistas se encargaron de limpiar los espacios verdes del barrio ubicado entre City Bell y Villa Elisa y también dejaron sentados 45 reclamos ante la Línea 147 para pedir por la pavimentación de los accesos al territorio.

Hartos de tanta desidia, los vecinos decidieron salir a arreglar las calles del barrio ante la falta de acción de la delegación de Villa Elisa y de la Comuna, incluso pusieron plata de sus bolsillos para la compra de escombros.

La gestión de Julio Alak eliminó de forma arbitraria muchas delegaciones de la zona norte de La Plata, como la de El Rincón, Los Porteños y Savoia, y desde hace tiempo se pueden observar las consecuencias de esta decisión.

Otro barrio donde hay hartazgo y decidieron organizarse es Los Hornos. Varios grupos de vecinos se reúnen de manera virtual para la mejora de la localidad. Desde la asunción de Julio Alak, Los Hornos transita por una total desidia.

Los reclamos son concretos y los ítems están bien marcados, pasan por la inseguridad, falta de alumbrado, barrido, mantención de espacios verdes, mejoras de asfalto y más comunicación de la gestión municipal con las asociaciones de vecinos.

En varias oportunidades salieron a las calles a reclamar irascibles ante el abandono que padecen por parte del Municipio. Con calles en mal estado e inundaciones frecuentes, le exigen al intendente que tome nota de los reclamos… Es más, incluso retomaron la idea de posibilidad de la autonomía de Los Hornos.

Fue el intendente de la ciudad de La Plata que más tiempo permaneció en el cargo. Gobernó entre 1991 y 2007, en un período donde pudo contar con el apoyo de la Provincia y la Nación. En esos años, el entonces alcalde realizó importantes obras estratégicas y de infraestructura. Sacar a la capital del aislamiento y devolverle la centralidad para la que fue fundada era su objetivo.