Acorralado y sin estar legitimado por el Ministerio, Adrián De Marco destrozó el SOEME con barras bravas
En otra batalla judicial ganada por la representación legal de las autoridades del SOEME elegidas democráticamente en 2017, el Ministerio de Trabajo de la Nación decidió no legitimar con la certificación de las firmas a Adrián De Marco y la supuesta comisión directiva que se presentó a una elecciones sin valor jurídico que se realizaron […]
En otra batalla judicial ganada por la representación legal de las autoridades del SOEME elegidas democráticamente en 2017, el Ministerio de Trabajo de la Nación decidió no legitimar con la certificación de las firmas a Adrián De Marco y la supuesta comisión directiva que se presentó a una elecciones sin valor jurídico que se realizaron entre gallos y medias noches en el mes de agosto del año pasado, aún cuando la Justicia laboral había rechazo este acto con más de dos sentencias.
En la actualidad, el Sindicato de Obreros y Empleados de la Minoridad y Educación se encuentra en un conflicto por el alcance de jurisprudencia entre la justicia laboral y la justicia penal, que a través de la maniobra orquestada por el juez Ernesto Kreplak incrustó de prepo a Adrián De Marco un secretario virtual no reconocido por el Ministerio de Trabajo, que se encarga de regular la organización administrativa de cualquier entidad sindical.
Este fallo no hace otra cosa más que acentuar la teoría de una intervención indebida y basada en la animosidad del juez Kreplak, que trascendió la frontera de la justicia penal y se entrometió indebidamente en la administración del gremio, aún cuando los fallos de la doctora Analía Viganó, la Corte y la Cámara lo habían advertido y declarado incompetente para manejar y administrar el Sindicato.
Este mediodía, se vio acorralado y De Marco apeló a fuerzas de choque como barras de Boca y de Gimnasia, a tal punto que se vio entre los usurpadores del gremio a Cristian Camillieri, más conocido como El Volador, jefe de La 22, la barra brava de Gimnasia.
Camillieri había sido denunciado paradójicamente por Juan Manuel Lugones, el titular de la APREVIDE, por amenazas en 2017 y tiene prohibido el ingreso a los estadios. Sin embargo, De Marco lo contrató como a otros de la segunda facción de La 12, para sacar a la fuerza a los afiliados y destrozar parte de la sede del Sindicato.