Salud

Cómo cuidar a nuestras mascotas de los golpes de calor

Consejos y recomendaciones para evitar que perros y gatos sufran las consecuencias de las altas temperaturas. “Ningún paciente con golpe de calor sale indemne”, dijo una especialista.

En el comienzo de una semana de altas temperaturas, según advirtió el Servicio Meteorológico Nacional, la comunidad veterinaria alerta a los dueños por los golpes de calor en animales domésticos. Tanto perros como gatos no tienen prácticamente glándulas sudo­ríparas, que es la principal forma que tienen los humanos para eliminar el exceso de calor. “A partir de acá, hay que diferenciar entre pasar calor y sufrir un golpe de calor”, explicó Letizia Zufriategui, médica veterinaria del Hospital Escuela de la UNLP y docente en la cátedra de Clínica de Pequeños Animales.

Los principales signos del golpe de calor, señaló la especialista, son: jadeo, respiración muy acelerada, temblores, debilidad, aumento de frecuencia cardíaca, color de mucosas de rojo oscuro a azulado (cianóticas), falla de la función renal y hepática, tendencia a sufrir hemorragias y muerte del animal. “Los daños que se producen ­causan la muerte en un tercio de los animales afectados y se dan por aumento de la temperatura ­corporal por encima incluso de los 42 °C”, afirmó la especialista.

Toda vez que estemos frente a un animal que pueda estar sufriendo este cuadro, así sea la sospecha tenemos que hacer dos cosas: mojarlos con agua tibia, si puede ser el cuerpo completo, mejor. No cubrirlos con nada y no utilizar agua fría ni cubitos. Asimismo, si tienen buen estado de conciencia, darles agua para beber. No forzarlos por el riesgo de aspiración. Luego es obligada la consulta veterinaria. Que quede claro: siempre hay daño. Ningún paciente con golpe de calor sale indemne”, explicó.

Para prevenir estos cuadros, es importante brindarles a los animales la posibilidad de estar a la sombra, acceso a agua fresca, evitar el exceso de grasas en la dieta. Y, fundamentalmente, impedir el ejercicio lo más posible en horas pico. “Esto es mucho más simple para la especie felina: basta con dejarles agua a voluntad y acceso a cualquier sitio ventilado; los gatos toleran mayores temperaturas, dado que como especie son originarios del ­desierto, y van a ubicarse siempre donde les resulte mejor. Con los caninos no pasa lo mismo: el perro, especie realmente doméstica, va a seguir al tutor siempre”, comentó Zufriategui.