¿Cómo el clima puede interferir en la propagación del coronavirus?
¿Son las altas temperaturas un aliado contra el virus? La investigación sobre el tema continúa, pero los científicos de Francia, Estados Unidos y China ya han descubierto alguna información al respecto. Como la mayoría de los virus que atacan el sistema respiratorio, se considera que el nuevo coronavirus es sensible al clima, lo que significa […]
¿Son las altas temperaturas un aliado contra el virus? La investigación sobre el tema continúa, pero los científicos de Francia, Estados Unidos y China ya han descubierto alguna información al respecto.
Como la mayoría de los virus que atacan el sistema respiratorio, se considera que el nuevo coronavirus es sensible al clima, lo que significa que diferentes elementos relacionados con la meteorología pueden influir en su virulencia y en la velocidad de su propagación.
Rayos UV
Uno de estos aspectos es la radiación ultravioleta -los rayos UV- del sol. Cuanto mejor sea el clima, más fuertes son los rayos UV emitidos por el sol, y pueden destruir el material genético del virus. Pero esto sólo tiene un impacto en la vida del coronavirus al aire libre, no en la transmisión entre personas.
¿A qué temperatura se destruye el virus? Las investigaciones sobre el tema siguen pero ya tenemos alguna información sobre el tema. Según el profesor Olivier Bouchaud, jefe del sector de enfermedades infecciosas y tropicales del hospital Avicenne, en la región de París, se puede hablar de una sensibilidad del nuevo coronavirus al calor.
“Es paradójico, pero es un virus relativamente frágil. Para que pierda sus efectos y muera, se necesitan temperaturas muy altas, entre 56°C y 58°C. Pero, por supuesto, en ningún momento del año en Francia, o en la mayor parte del planeta, tenemos temperaturas ambientales de este nivel”, explica el doctor.
Temperatura y humedad
Sin matar el virus, ¿sería posible, sin embargo, debilitar su propagación entre la población? No se pueden sacar conclusiones muy rápidas sobre esto, pero un estudio chino publicado hace un mes destaca que con cada 1°C de aumento de la temperatura, la tasa de reproducción del virus, el llamado R0, bajaría un 0,04%, algo poco significativo para los expertos.
Los investigadores del MIT de Estados Unidos han demostrado que el 80% de las infecciones se producen en zonas donde la temperatura está entre 3°C y 17°C. Pero el nuevo coronavirus puede sobrevivir a temperaturas superiores a esta media, prueba de ello es que se difunde silenciosamente dentro de nuestros cuerpos a 37°C. Las temperaturas negativas tampoco matan al virus, que puede sobrevivir muchos grados bajo cero.
En cambio, la tasa de humedad del aire puede frenar muy ligeramente la propagación de la COVID-19, porque las microgotas que transmiten el virus son capaces de permanecer más tiempo en suspensión en el aire seco. El aire húmedo y caliente hace que las gotitas se evaporen más rápido. Sin embargo, según el mismo estudio chino citado anteriormente, un aumento del 1% en la tasa de humedad reduce la tasa de reproducción del virus en sólo un 0,02%.
África
¿El continente africano está más protegido que otros? Aparte de algunas regiones, como el desierto subsahariano, con temperaturas extremas, la respuesta es no. Sin embargo, si la meteorología no es un factor que ayuda a los africanos, otro elemento podría estar de su lado en la lucha contra Covid-19, según el experto Olivier Bouchaud.
“África tiene la suerte de contar con una población muy joven, y como hemos detectado en todas partes, cuanto más jóvenes somos, menos desarrollamos esta enfermedad. Eso no significa que los jóvenes no puedan transmitirlo. Dado que existe una correlación entre la intensidad de los síntomas del Covid-19 y la cantidad de virus, el hecho de que se trate de una población joven y que desarrolle menos la enfermedad podría reducir la tasa de contaminación”, concluye el médico.
Aunque el sol brillante y las temperaturas más cálidas no maten al nuevo coronavirus, puede retrasar un poco su propagación. Otra cosa importante es que cuando el sol brilla afuera y la temperatura se eleva, nuestro sistema inmunológico se fortalece y combate mejor las infecciones, según los expertos.