GÉNERO
Femicidio de Emma Córdoba: A tres años del crimen, su amiga pide que la acepten como particular damnificada en el juicio
Además, la joven de 28 años solicita que se confirme la fecha de inicio del juicio al acusado, Ariel Osvaldo "Papu" Báez.
Una joven que sobrevivió a un intento de femicidio cometido hace tres años en el partido bonaerense de Ensenada, y en el que su atacante violó y mató a su amiga, reclamó que la Justicia la acepte como particular damnificada en la causa y confirme la fecha de inicio del juicio al acusado, respecto de quien pidió que sea condenado de una “manera justa y pronta”.
Se trata de Ana Laura González (28), amiga de la estudiante de medicina María Emma Córdoba (26), abusada y asesinada en una vivienda que luego fue incendiada el 8 de julio de 2017 en la localidad de Punta Lara, y por cuyo crimen se encuentra detenido Ariel Osvaldo “Papu” Báez (26).
La joven señaló que en “estos últimos años” reunió “fuerzas de donde no sabía que tenía para llevar toda esta lucha a cabo”, lo que la “impulsa a querer ser partícipe de que esta persona (Báez) sea condenada de una manera justa y pronta. Básicamente es eso, una sed de justicia”.
A tres años del hecho en el que ella también fue abusada y golpeada, la joven aún espera que el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de La Plata resuelva la petición realizada por su abogado Jerónimo Guerrero Iraola el pasado 16 de marzo para ser aceptada como particular damnificada en el debate oral.
En ese sentido, el miércoles pasado el letrado hizo una nueva presentación, al transcurrir cuatro meses sin respuestas del TOC 5, y en la cual además exige precisión acerca de la fecha de inicio del juicio, el cual estaba previsto que comenzara el próximo 20 de agosto, pero que debido al Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) aún no está confirmada.
En un principio, el debate oral iba a comenzar el 29 de abril de 2021, pero un pedido del Concejo Deliberante de la ciudad de La Plata y una petición de firmas en el sitio Change.org lanzada por Ana Laura “ayudaron a que se logre el traspaso de fecha”, indicó la joven, que es instructora en musculación y actualmente da clases online.
Inicialmente, la sobreviviente del ataque había pedido preservar su “identidad” ya que “era todo muy confuso” y “muy fuerte también todo lo que había vivido”, por lo que “no estaba lista para absolutamente nada que tuviera que ver con el caso”.
“Era todo tan fuerte, eran emociones tan encontradas, el haber perdido a mi amiga, el haber sufrido lo que sufrí, que honestamente no quería saber nada con tener que ver a este hombre en un juicio, tener que declarar o tener que revivir todo eso una y otra vez”, explicó la joven.
Sin embargo, gracias a “mucha terapia y trabajos mentales internos”, sumado a “la fuerza” que le “brindó” toda su “gente”, fue que decidió salir a dar su “testimonio”.
“En un momento la familia de Emma tuvo que hacerse a un costado también para preservarse ellos, y fue como una decisión que yo tomé de mantener esa bandera levantada y continuar con la lucha que habían empezado ellos en su momento cuando nos arrebataron a María”, señaló.
Para la joven, debido al “contexto de encierro” por la cuarentena, “las emociones se viven por ahí de una manera un poco más intensa”, y que “se siente mucho la ausencia, ahora más todavía”.
En cuanto su amiga asesinada, la sobreviviente dijo que “es difícil tener malos recuerdos de ella”.
“Siempre fue una chica muy alegre, muy vivaz, muy enérgica. María era luz, colores, era vida, era energía. Ella entraba a un lugar y se iluminaba, se iba todo lo malo”, expresó, al tiempo que destacó que “hoy en día” la recuerda “de manera muy alegre, como era ella”.
El ataque ocurrió el 8 de julio de 2017, alrededor de las 3.30, en una antigua vivienda de las calles 126, entre 5 y 7, de Punta Lara, donde Emma se hallaba estudiando junto a Ana Laura.
Emma salió a cerrar el portón y a entrar a sus perros cuando fue abordaba por un hombre armado que las atacó a ambas, a quienes ató, violó y después prendió fuego la casa con la finalidad de borrar sus huellas.
Durante el ataque, el agresor las sometió a diversas torturas y les provocó heridas utilizando un encendedor y un aerosol que halló en el lugar.
Una vez que el atacante escapó, Ana Laura se arrastró hasta la vereda para pedir ayuda y logró que un vecino diera alerta a las autoridades, a quienes les pudo aportar el apodo del vecino, ya que horas antes ambas se habían cruzado con él en la calle.
Con esos datos, la Policía salió en busca del sospechoso y lo halló durmiendo en la vivienda lindera, donde se encontró ropa ensangrentada, un cuchillo, un arma y una mochila que tenía objetos robados a las víctimas.
La autopsia estableció que María Emma presentaba múltiples heridas, dos de las cuales podrían haber sido la causa de la muerte: un fuerte traumatismo de cráneo y un corte en la zona del cuello.
Por su parte, Báez llega al juicio imputado de los delitos de “homicidio agravado por ensañamiento, alevosía o insidia”, “abuso sexual con acceso carnal agravado”, “privación ilegal de la libertad agravada” y “violación de domicilio”, entre otros.