La Comuna implementó el reordenamiento de los puestos de la feria para que haya más espacios entre las personas
En otra de las decisiones para evitar la propagación del coronavirus, el gobierno municipal habilitó solo un costado de la rambla de 38 para que los feriantes puedan instalar los puestos. Así, se genera más espacio para que los clientes no tengan excusas de respetar la distancia preventiva cuando van a comprar Salir a hacer […]
En otra de las decisiones para evitar la propagación del coronavirus, el gobierno municipal habilitó solo un costado de la rambla de 38 para que los feriantes puedan instalar los puestos. Así, se genera más espacio para que los clientes no tengan excusas de respetar la distancia preventiva cuando van a comprar
Salir a hacer los mandados a la feria de frutas y verduras se tornó una rutina ineludible para los vecinos de barrio norte desde hace más de cincuenta años.
La tradicional feria, que los jueves y domingos funciona sobre la Avenida 38 entre 9 y 11 (antes llegaba hasta 12), sufrió algunos cambios producto del avance de coronavirus y las nuevas disposiciones municipales para evitar su propagación. Tanto es así que este domingo, solo se habilitó un costado de la rambla de 38 para que los feriantes puedan instalar sus puestos, y de esta manera, permitir que se genere más espacio para que los clientes puedan respetar la distancia de un metro cuando van a comprar.
Habitualmente, los puestos se instalaban a las 6 de la mañana los jueves y domingos en ambos sentidos de la rambla (el que marca la circulación de calle 13 a plaza Olazábal y al revés). Pues bien, desde ahora, solo está permitido que los puestos sean instalados de espaldas al carril de circulación que va de plaza Olazábal a calle 13.
De esta forma, esta mañana se notó el cambio en la postal tradicional de la Avenida 38, ya que todos los puestos exponían sus productos hacia las personas que transitaban por calle 38, de 13 a Plaza Olazábal.
En contacto con la Red 92, Patricio, el dueño del puesto que vende pollo y huevos de campo reconoció que el precio se fue incrementando y que por el momento no se sintió una baja en le consumo ya que las personas salen a comprar lo que necesitan para “hacer la cuarentena”.
No obstante, se detuvo en remarcar que el cambio de sentido en la instalación de los puestos “desorientó” a muchos habituales clientes, que ya tienen registrado en la memoria el lugar exacto de donde está cada puesto para ir a comprar.